Ahí el Ágora: Seamos prudentes por Venezuela
Venezuela mueve los cimientos viejos, renueva su piso en donde se construirá un mayor futuro
Opinión.- Quien anda con prudencia marca la distinción. Venezuela vive en los actuales momentos tiempos de tensión y de un mostrado laberinto social y político. Nuestras acciones deben ir de la mano con la sabiduría, mansedumbre, capacidades para elaborar proyectos que ayuden a resolver los entuertos. Y no que nos genere tropiezos en el tiempo que, se supone, debemos redimir; seamos prudentes, pero a la mismas vez nutritivos para salir de todo este ambiente sin violencia. Somos agentes de paz.
Muchas han sido las dificultades, los desiertos que hemos pasado en diferentes contextos pero que, a la postre, producen cansancio. Sin embargo, debemos reforzarnos en la tranquilidad, en el tiempo Kairós de Dios, debemos fomentar nuevos planes que atraigan justicia en todos los puntos del país. Venezuela nos necesita, pero para que la ayudemos de verdad a resurgir y no aprovecharnos de sus infinitas bondades, Dios no tiene problemas en proveernos de sus herramientas para favorecer a las familias venezolanas, sepamos usarlas.
El profeta Daniel, mejor ejemplo de prudencia, de temple y seguridad de quien era él. Este profeta por ser prudente obedeció a Dios por encima de todo, supo los tiempos, no se dejó amedrentar por las amenazas formuladas en un edicto; al contrario, por la prudencia le creció su fe y Dios le reveló misterio. La sociedad está llamada a operar alineada a la prudencia; los jóvenes, los dirigentes y las instituciones, sean estas públicas o privadas, deben ser abrazadas por la capacidad y por la luz espiritual que trae cuando la prudencia se practica.
Venezuela mueve los cimientos viejos, renueva su piso en donde se construirá un mayor futuro. Por una generación que viene de camino, por la nueva etapa que ya está a la vuelta de la esquina; sin embargo, depende mucho de cómo el hombre y la mujer entiendan los tiempos. Para que nuestro país reformule las bases para luego, así, enarbolar una nación refrescada, es necesario menguar a los egos y a las imprudencias, renunciar a planes que no garantizan salir adelante.
Todo lo que genere retrasos a la reconstrucción, al reencuentro y la convivencia en nuestro país, debe ser desechado. Todo lo que nos impida avanzar, recuperar bastiones entregados, dejados en el camino, hay que suprimirlo; no es tiempo de andar de manera improvisada. Es un nuevo tiempo al que hay que sacarle el mejor provecho si queremos resurgir de entre las cenizas. Según nuestro comportamiento amparado en la sabiduría, alzaremos vuelo como las águilas.
Estamos llamados y obligados a convertirnos en reparadores de portillos. Reparar los muros caídos, lo que tiene moho, limpiarlo. Somos nosotros mismos quienes saldremos adelante para reconstruir los atalayas para proteger las nuevas bases de la nación, somos tú y yo, en las fuerzas y el entendimiento de cada venezolano resurgirán las inspiraciones.
¡Sí se puede, amigo lector (a); es por aquí la plaza pública comunicacional!
Otrosí o nota: En el orden espiritual. Saludo y bendigo al apóstol Rubén Valecillo y a su amada esposa, pastora Rosa. Ellos andan por el país sembrando amor y la palabra de Dios, grande ha sido la tarea para ellos. Saludos también a sus enlaces en Carabobo, los pastores Carlos Tovar y Yelis de Tovar, en Puerto Cabello el pastor Héctor Velásquez y el profeta Yeison Yepez caminan la fe.
Lister Monteverde
Presidente de la Fundación
Príncipe de Paz FPP
monteverdelister@gmail.com
