Luis Vargas: El Neofascismo y sus crueles rostros
Podríamos enumerar claras similitudes entre el fascismo de la dirigencia opositora radical venezolana y el fascismo de Mussolini
Opinión.- Miles de camisas negras emprendieron la arremetida sobre Roma el 27 de octubre de 1922. Ese golpe de fuerza llevaría al poder a su líder, Benito Mussolini, y supondría el comienzo de la Italia fascista, que marcaría la primera mitad del siglo XX en Europa. Ese evento desencadenó la siniestra figura del fascismo, aquella rebelión utilizó el creciente descontento con una brutal mezcla de populismo y violencia. En poco tiempo, ese movimiento sedujo a la nación a aceptar una oferta inejecutable. Mussolini, el líder del levantamiento, se encargó de ofrecer "caramelos envenenados" con el falso compromiso de convertir a Italia en una gran nación, pero sus intenciones se fueron progresivamente evidenciando, pues no había un programa de gobierno, no había una propuesta de país. IL Duce llegaba a proclamar: "Nuestro programa es sencillo, queremos gobernar". Así de vacías eran sus convicciones, eran proyectos personalísimos que trajeron desolación y caos para Italia.
El Neofascismo Venezolano. Podríamos enumerar claras similitudes entre el fascismo de la dirigencia opositora radical venezolana y el fascismo de Mussolini, entre ellas que carecen de cualquier tipo de proyecto, solo pretenden gobernar para servirse del poder y entregar nuestras riquezas. Surge la inevitable interrogante ¿Quién llegó a tener conocimiento del programa de gobierno del ex candidato González? Pues nadie. El proyecto de la oposición radical, que se presentan como modernos y tropicales Mussolini o Hitler, solo tenía como soporte el populismo y la violencia, las cuales mostraron sus garras contra el chavismo y la población venezolana durante los días 29 y 30 de julio. En conclusión, ¿Cómo puede dialogar nuestro presidente Nicolás Maduro, a pesar de su disposición permanente, con una irracional dirigencia radical opositora, si ellos no quieren dialogar, solo quieren el poder? Esa dirigencia solo garantiza la violencia; es un hecho fatal que siempre se ha cumplido. Pero el presidente Maduro sigue avanzando. Los acuerdos comerciales que logra con el mundo nos permiten completar, junto a la producción interna, el crecimiento sostenido. Pero, sobre todo, nuestro mandatario nacional es el único que garantiza la paz del país, la paz para seguir creciendo, la paz que necesitan los inversionistas, la paz que se requiere para que el gobierno venezolano genere más bienestar social para nuestro pueblo.
Luis Vargas Pizzolante
Profesor universitario
Analista político.