No es producto del azar, tampoco de la improvisación porque ha surgido de la entrañable comunión entre un pueblo y su gobernante
Opinión.- La consolidación. Recorre, dinámicamente, dentro de nuestra plena convicción el irrebatible hecho de que no ha existido un mandatario regional más comprometido, más adherido al palpitar y exigencias de este pueblo extendido, de este eterno Carabobo de Rafael Lacava. No puede haber espacio para estériles comparaciones porque sencillamente el esfuerzo, las obras, los programas y su indeclinable vocación de servicio se constituyen como el más sólido aval y alegato del sendero construido, siempre teniendo como impostergable misión la optimización de la calidad de vida del común, de ese ciudadano que exhibe, en la actualidad y con válido orgullo, la condición de ser carabobeño. Es el permanente reconocimiento hacia Rafael Lacava porque ha traspasado periferias, se ha propagado, extendido con inusual fervor, a todas las latitudes de nuestra geografía nacional. Carabobo se exhibe como inequívoca referencia dentro del palpitante escenario nacional y con mayor relieve después de la categórica victoria comicial de nuestro presidente Nicolás Maduro, producto de un pueblo comprometido, de una impecable estructura partidista revolucionaria que logró amalgamar los diferentes y blindados liderazgos que se anuncian en la amplia geografía nacional. Ante ello Lacava retumba como exacto sinónimo de indiscutible eficiencia, capacidad y aptitud a la hora de regir el destino de esta medular entidad federal. Se ha convertido simplemente en el ejemplo a seguir. Es el cristalino espejo donde se puede contemplar la consolidación no solo del irreversible proceso revolucionario y su legado, sino como una de las más vigentes herramientas para la conformación de la nueva patria. Todo se iniciaba en aquel imborrable octubre del año 2017, Rafael Lacava asumía la compleja responsabilidad de convertirse en el gobernador de Carabobo, iniciándose de esa manera el más prolífico periodo y que se encuentra ubicado y arraigado, de manera protagónica, en el sagrado recinto de la memoria colectiva. Es volver a observar al Rafael Lacava, acompañado de su competente equipo de gobierno, saliendo al encuentro de ese pueblo que siempre requiere de su permanente amparo y asistencia ante la compleja coyuntura. Por ello no se puede suprimir o desconocer lo que ha ocurrido en Carabobo desde aquel histórico octubre del 2017, porque es en definitiva la efectiva transformación, la aguardada consolidación de todo este bendecido territorio, con cada uno de los catorce municipios, sin distingo de ninguna naturaleza. Es la exacta cualidad de esta fascinante y moderna creencia, de este estricto y fervoroso credo que se presenta con la insustituible denominación del Nuevo Carabobo y que fuese presagiado por Rafael Lacava como el blindado aval de ese compromiso asumido, con entrega y sacrificio, con todo su pueblo. Y es que Lacava ha trascendido espacio y tiempo, la actualidad le ofrenda el amplio reconocimiento por parte de todos los sectores de esta venerada patria. Hasta en el más recóndito rincón de este país retumba la activa y necesaria noción de Rafael Lacava, porque se traduce en el perfecto sinónimo de esperanza e ilusión. Lacava sigue su arraigado paso que está impregnado en esa fervorosa retentiva popular que le reconoce su incansable labor por devolver ese orgullo que se encontraba extraviado y que a través de tangibles obras ha retornado con mayor ímpetu. Es la reivindicación del mítico Sur de Valencia, es haber proporcionado la aguardada posibilidad de la recuperación de los principales centros hospitalarios y de salud, es haber garantizado la recuperación de los medulares recintos académicos donde se forja el ideal perfil de las futuras generaciones. Es haber restituido la significativa condición de seguridad para el ciudadano, para el común, para la familia. Es haber optimizado todas y cada una de las arterias viales que atraviesan, de manera fluida, todo el territorio carabobeño y que sirven de inevitable enlace con las más importantes regiones del país, modernas autopistas, flamantes carreteras emergen como irrefutable prueba de la infatigable vocación. La realidad asume la condición de ser abrumadora y ante ello volvemos a expresar y a viva voz: ¡Con Lacava nos resteamos!
El Nuevo Carabobo. El Nuevo Carabobo no es producto del azar, tampoco de la improvisación porque ha surgido de la entrañable comunión entre un pueblo y su gobernante. Es haber sabido interpretar las angustias y necesidades del común observando directamente su cansado rostro y su perdida mirada, tal vez castigados de tanta desidia y abandono. Y es que desde aquel 15 de octubre del 2017, un recién electo gobernador se comprometió en asumir la compleja labor de devolver la ilusión, presentar la esperanza como algo tangible. Aquella convocatoria fue categórica y enfática. Era directamente dirigida a todos los que llevan, muy adentro, arraigado ese insustituible sentido de pertenencia que diariamente nos recuerda que “Carabobo no se rinde”. Por ello todos los esfuerzos han adquirido mayor relevancia para consagrar los intereses supremos de nuestra histórica entidad federal. Mientras tanto, Carabobo no detiene su febril marcha. El mandatario regional no descansa en seguir cumpliendo con aquel solemne pacto y acuerdo sellado en aquel trascendental octubre del 2017 cuando Rafael Lacava presentaba formal juramento ante Dios y su pueblo. En la actualidad, después de 7 años, se puede observar, con válido orgullo, la verdadera transformación de Carabobo, que recuperó su presencia, estampa y extraviado brillo institucional. Es poder afirmar, con absoluta propiedad, que este Carabobo enclavado en el mismo centro de nuestro territorio patrio se ha convertido en la vibrante crónica de los nuevos tiempos, como el inapelable sendero a transitar con la idea fija de que se replique en cada espacio de nuestro país. Porque en definitiva este Nuevo Carabobo no termina, se escapa de sus estrictos límites, se pierde en ese peculiar atlas secreto del viajero, más que estado parece ser el indicado itinerario para recorrer la esperanzadora ruta que transitará Venezuela. Y esa es la verdad.
@CESARBURGUERA