Vincenzo Caruso: Edmundo González y María Corina, los payasos de la farsa desmontada por Maduro
Al colocar a Edmundo como su peón, Machado no solo mostró su falta de liderazgo, sino que subestimó la inteligencia del pueblo venezolano
Opinión.- El contundente triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones ha dejado expuesta la maquinaria de mentiras y traiciones que lidera la oposición venezolana. Edmundo González, el título diseñado por María Corina Machado para engañar al pueblo ya la comunidad internacional, ha quedado en ridículo con la publicación de su carta de aceptación de derrota. ¿Dónde están ahora sus denuncias de fraude y represión? ¿Qué dirán la Unión Europea y el Senado español, que cayeron en la trampa de reconocer a este personaje sin peso ni convicciones?
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Jaime Bayly arremete contra Edmundo González: “Esa carta nunca la debió firmar. Es una rendición, una capitulación moral”
Edmundo González: El muñeco de una estrategia fracasada
María Corina Machado, el verdadero artífice de esta patética marioneta llamada Edmundo, ha intentado manipular la opinión pública con discursos vacíos y promesas de un cambio que ni ella misma cree. Al colocar a Edmundo como su peón, Machado no solo mostró su falta de liderazgo, sino que subestimó la inteligencia del pueblo venezolano. Su plan se ha desmoronado de la manera más humillante: con su propio candidato firmando una carta de rendición a sus espaldas y aceptando la derrota que tanto han querido esconder.
El papelón internacional: España y la UE ciegos ante la realidad
Resulta increíble que instituciones como el Senado español y la Unión Europea hayan caído en la trampa de reconocer a este fraude como líder legítimo. ¿Cómo van a justificar ahora haber apoyado a un candidato que, en privado, ganó su derrota y en público vocifera acusación infundada? Quedan en ridículo frente al mundo, demostrando que su política hacia Venezuela se basa en la desinformación y no en hechos concretos.
La Hipocresía de la Oposición y sus Aliados:
Mientras María Corina y Edmundo se arrastran por el escenario político como sombras de lo que alguna vez intentaron ser, la oposición se desmorona en su propia trampa de contradicciones. Hablan de democracia y libertad, pero su único objetivo ha sido siempre alimentar el caos, buscando apoyo extranjero y engañando a sus propios seguidores. ¿Qué tipo de democracia propone cuando su candidato firma en silencio su rendición mientras grita fraude a los cuatro vientos?
Maduro, el verdadero líder del pueblo
Mientras Edmundo y María Corina fabrican teorías de conspiración, Maduro sigue trabajando. El pueblo lo ha elegido no solo porque representa estabilidad y soberanía, sino porque ha demostrado, una y otra vez, ser el único capaz de enfrentarse a las sanciones, a las agresiones y a las manipulaciones internas y externas. Cada vez que la oposición se quita la máscara, el liderazgo de Maduro se reafirma y la traición de sus adversarios queda al descubierto.
Jorge Rodríguez y la transparencia del Gobierno Bolivariano
La divulgación de la carta de Edmundo González por parte de Jorge Rodríguez es un acto de justicia histórica. Muestra, sin lugar a dudas, que toda la campaña de fraude y represión promovida por la oposición no es más que un montaje mal hecho. Mientras Edmundo y sus cómplices intentan encubrir su traición, el gobierno de Maduro muestra al mundo la verdad: la oposición venezolana no tiene ni vergüenza ni coherencia.
El fin de la farsa: ¿Qué dirán ahora los traidores?
La realidad es que María Corina Machado y Edmundo González han quedado desnudos ante el mundo. Sus mentiras no solo han dañado a sus propios seguidores, sino que han dejado en ridículo a aquellos que, desde Europa y otros rincones del mundo, creyeron en sus promesas vacías. Ya no hay vuelta atrás: el pueblo sabe quién es quién, y aquellos que vendieron su integridad por el protagonismo mediático quedarán marcados como lo que son: mercenarios de la desinformación.
Maduro ha ganado porque el pueblo lo respalda. Edmundo y María Corina han perdido porque no tienen proyecto ni principios. La farsa ha terminado, y Venezuela avanza con la verdad en la mano.
Por Vicenzo Caruso
