Opinión
Luis Vargas Pizzolante: El imponente PSUV
La excepcional organización adquiere nuevamente la encendida tonalidad roja y asume la dirección de esta fortalecida era bolivariana
10 de octubre de 2024
Opinión.- El PSUV se ha constituido en la expresión partidista de mayor relevancia no solo dentro de nuestro territorio patrio, sino ha traspasado fronteras para exhibirse como cristalino ejemplo de organización, formación y compromiso. Es observar como la encendida tonalidad roja adquiere la exacta definición de una blindada revolución que se ha convertido en un patrimonio atemporal por el fervor, la dignidad y la creencia de ese perenne pueblo, que ha fijado la ruta y acompasado cada uno de los pasos, cada una de las circunstancias a este invencible PSUV con el fijado objetivo de consolidar el irreversible proceso revolucionario. Al recorrer con nuestra memoria y recuerdo a encontrarnos con su propia génesis, exaltamos que esta insustituible manifestación y sentimiento popular como lo constituye el imponente PSUV, el cual fue producto del ingenio y visión del presidente Hugo Chávez, pero no solo con el objetivo de obtener holgadas victorias en innumerables comicios, sino convertirlo en el entrañable vínculo para estar ligado, de manera íntima, a ese pueblo que llevaba sus múltiples exigencias, sus reiterados reclamos. En definitiva el imponente PSUV ha sido la más importante herramienta para la reivindicación de la patria misma. Es la diaria proclama de su primer vicepresidente y medular referencia, Diosdado Cabello que incansablemente transmite el directo mensaje para garantizar la definitiva preservación del inolvidable legado y dirigido a esa ilimitada militancia que disciplinadamente ha conformado su propio porvenir, de allí su plena vocación para asumir cualquier lucha, cualquier contienda inherente a la defensa de este venerado territorio. Esa fue la prioritaria misión que le encomendó Hugo Chávez al invencible PSUV y que se ha extendido como estricta instrucción o deber al presidente reelecto Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, conductores de victorias y esperanzas. No hay margen para la la irracional equivocación de aquellos que pretenden, de manera estéril, comprometer la estabilidad de este país, ya que en cada reducido espacio, en cualquier recóndito rincón, en cada calle de Venezuela, palpita y de manera acelerada, ese corazón del devoto militante dispuesto a defender con su integridad física cualquier insensata acción proveniente del insolente dictado extranjero.
 
La excepcional organización adquiere nuevamente la encendida tonalidad roja y asume la dirección de esta fortalecida era bolivariana. Este indómito pueblo con su infinita sabiduría nunca podrá ser seducido por la improvisación, caos y anarquía que ofertan aquellos factores de esa destartalada oposición extremista y así quedó plasmado en el pasado e histórico 28 de julio cuando sufrieron un categórico revés producto de sus fallidas acciones como directos promotores del descarado saqueo de los bienes de la nación, son los principales impulsores de las severas y crueles restricciones a la comercialización de nuestros recursos energéticos, además de su terco y roído plan de golpe de estado y las descubiertas tentativas de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro Moros. Ante ello es una verdadera osadía solicitar cualquier soporte u apoyo popular, cuando todas sus acciones han sido contra el pueblo de Venezuela, desacelerando el avance de sus logros y aciertos, comprometiendo de esa manera la optimización de la calidad de vida del común. Solo la férrea voluntad del presidente, siempre pensando en el colectivo, ha podido sortear los efectos criminales de estas medidas auspiciadas por los eternos enemigos de los que menos tienen, de los desposeídos. Al liderazgo del presidente Maduro y al PSUV los seguirá acompañando este noble pueblo venezolano, porque en ellos sencillamente se resume el futuro y porvenir de esta patria. Necesitaríamos innumerables entregas semanales para rendir justo homenaje y reconocimiento al ejercicio gubernamental del presidente Nicolás Maduro, pero surgen, como gráfico ejemplo, el control férreo de una inducida inflación para abrir el aguardado compás del crecimiento de nuestra economía, es haber alcanzado la seguridad alimentaria de la República conseguida con dinámicas y audaces políticas estudiadas, supervisadas por el hoy reelecto presidente. Se avecinan tiempos de prosperidad y auge para nuestro país. Eso es definitivo. Y allí volvernos a encontrar, como sólido aval, a la máxima manifestación revolucionaria cómo siempre lo representará el imponente PSUV en clara comunión, en ágil simbiosis con un presidente y gobierno. La encendida tonalidad roja recorre cada espacio de nuestro mapa espiritual para advertirnos que la esperanza y la ilusión ya conviven con la realidad de este país.


Luis Vargas Pizzolante
Profesor universitario
Analista político

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VÍA NT
FUENTE Luis Vargas Pizzolante