Cita con la historia: octubre de 1561; el tirano Aguirre en Valencia
Parte en una exploración por los ríos de la selva Orinoco/amazónica, lo que hoy serían Perú, Ecuador, Colombia y Brasil
Opinión.- En la rica historia de Valencia siempre nos encontramos con la presencia de los bandidos. Pero de todos, sin duda, el más famoso es Lope de Aguirre, conocido mejor como “El tirano Aguirre”.
En el lejano año de 1561, la “ciudad” de Valencia apenas sería una aldea con unas poquitas casas de paja y barro. Aguirre, luego de pasar por Borburata, el primer pueblo establecido por estos parajes, y de atravesar la cordillera que nos separa del mar, llega a principios de octubre a nuestra ciudad.
¿Pero, cómo llegó a Valencia?
Aguirre tenía el sobrenombre de “el loco”, debido a su carácter intempestivo. De origen vasco, viene a América en busca de fortuna tras el mítico reino de El Dorado, donde hasta las calles estarían empedradas con el valioso metal amarillo.
Parte en una exploración por los ríos de la selva Orinoco/amazónica, lo que hoy serían Perú, Ecuador, Colombia y Brasil. Aguirre no era el jefe, era solamente uno de los lugartenientes de Pedro de Ursúa, el comandante de la expedición.
Las peripecias de los navegantes por aquellos inmensos ríos son demasiado largas para referirlas todas aquí, pero baste decir que Aguirre hace matar a su comandante Ursúa, quedando al mando Fernando de Guzmán, quien también es asesinado por Aguirre, quien queda comandando la expedición, matando, de paso, a varios hombres y mujeres que le acompañaban.
Aguirre remonta el Amazonas, llamado también Río Marañón, y llega en su extraordinario periplo hasta el océano Atlántico, donde toma rumbo hacia el occidente hasta llegar a la Isla de Margarita. Allí pasa casi dos meses durante los cuales saquea todo lo que puede, mata al gobernador y a gran cantidad de hombres y mujeres y hasta alguno de sus soldados.
Luego, toma unas barcazas para llegar hasta Borburata y de allí pasa la serranía para venir a Valencia.
Los valencianos habían sido alertados, de antemano, por alguien que había logrado escapar en Margarita. Alarmados, van a refugiarse al único lugar seguro: las islas del Lago, a donde se llevan todos los botes o canoas que había para evitar que Aguirre pueda alcanzarlos.
Al encontrar la población sin habitantes, enfurece y saquea e incendia las pobres casas que encuentra. Quizás fue Aguirre quien destruyó los primeros documentos que dan data de la fundación de Valencia, con ese incendio. También se encuentra muy molesto porque se ha herido en una pierna y sus hombres lo abandonan a cada rato.
En Valencia, escribe su célebre carta al rey de España, donde desconoce su autoridad y lo insulta. Entre otras cosas, le dice:
“Señor, que no puedes llevar, con título de Rey justo, ningún interés de estas partes, donde no aventuraste nada, sin que primero los que en él trabajaron sean gratificados…”, por lo que algunos consideran que este documento contiene la primera rebelión política en el continente americano.
En Valencia, ordena que ninguno de sus soldados salga del perímetro sin su consentimiento y sigue sembrando el terror entre sus propias filas. De su paso por nuestra ciudad, tenemos los nombres de quienes fueron los primeros cristianos asesinados en Valencia: a un tal Gonzalo lo mandó a matar porque salió a buscar unas papayas sin permiso. Diego de Alarcón, uno de sus hombres que había desertado, fue capturado y ejecutado. A otro soldado que también había desertado, le perdona la vida, porque sabía leer y escribir y Aguirre necesitaba un secretario.
El 15 de octubre decide ir a asaltar Barquisimeto, pero antes hace matar en Valencia a Venito Díaz (porque tenía parientes en Nueva Granada y quizás quisiera desertar), a Francisco de Lora y a un tal Cigarra, porque “no eran buenos para la guerra”.
Lope de Aguirre toma Barquisimeto el 22 de octubre, pero las tropas del capitán general de Venezuela lo enfrentan y, cuando está casi reducido, sus propios hombres le hacen dos tiros de arcabuz que acaban con su vida. Minutos antes había asesinado de una puñalada a su propia hija, Elvira, dizque “para evitarle la vergüenza de ser la hija de un criminal”.
Su cuerpo es descuartizado y, como advertencia a eventuales alzamientos, sus cuartos son colgadas en garfios en diversos poblados, uno de ellos seguramente Valencia.
Por: Luis Heraclio Medina
@luishmedinac