SINSECRETOSCB: Dijeron Vente y todos huyeron
La conjura de tonalidad azul ha sido vencida y sus otrora intrépidos promotores, los mismos de la violencia e irracionalidad, huyen despavoridamente
Opinión.- La desesperada escabullida. Todo quería ser convertido en caos y anarquía en las horas siguientes al histórico evento electoral del 28 de julio, los conjurados, envueltos en irracionalidad e ira, llegaban ingenuamente a pensar que podrían socavar la categórica victoria del reelecto presidente Nicolás Maduro. Los tercos y permanentes conspiradores, con su roída y cruel vestimenta de la derrota, dilapidaban inmensas cantidades de recursos económicos con el único objetivo de convocar, nuevamente, las sombrías figuras de la violencia y la muerte. Pero pasado el costoso festín, agotado el minúsculo motín, empezaban las raudas escabullidas de la arrojada dirigencia de la proscrita tolda azul de Vente y sus más cercanos acólitos. El vapuleado aspirante opositor preparaba equipaje desde el mismo día de los trascendentales comicios, mientras que la tarambana inhabilitada tomaba rumbo a los colindantes territorios de Colombia y Panamá. Carabobo era excepcional testigo de la oportuna estampida y hasta se llegaba a escuchar la temblorosa voz de los azules referentes exclamando “Se perdieron esos reales”, mientras otro añil líder profería “Apúrate, te lo dije que agua caliente no quema rancho”. Y así, de corajuda manera, emprendían la retirada de suelo patrio Jesús Lozada, coordinador de Vente Carabobo, el mismo que fue óptimamente atendido, este mismo año, por el gubernamental plan del 0800-Bigote cuando se le presentara una inesperada emergencia de carácter médico que reclamaba su inmediato traslado a un centro hospitalario. Igualmente tomó una flamante aeronave hacia el exterior Carlos González Wolf, quien fungía como diligente recaudador de los aportes provenientes de descubiertos sectores empresariales que se involucraron en la fallida juerga sediciosa. Mientras otros permanecen enconchados en cualquier remota y segura guarida, como Ronald González quien se adentró en el clorofílico escenario de una finca de su propiedad ubicada en el estado Apure, eludiendo la acción de la impostergable justicia, no solo por sus tercas prácticas de sublevación, sino que hay que recordar que posee una causa abierta en un céntrico tribunal del estado Aragua, donde se le imputa el asesinato de un ciudadano que resultó arrollado por un alicorado González, quien conducía su vehículo a alta velocidad y bajo los temibles efectos del pernicioso alcohol. Y allí precisamente encontrar el directo vínculo con otro de los atemorizados facinerosos, como Smith Power Torres, pudiente comerciante que ha servido, durante más de una década, de directo financista de otro recurrente confabulado como Gilber Caro, actualmente bajo las rejas en territorio norteamericano por haber cometido similar transgresión que Ronald González al arrollar y terminar con la vida de un ciudadano conduciendo bajo etílicos efectos. El alcohol y las sustancias psicotrópicas siempre resultarán en una letal combinación. Por ello es que Smith Power Torres, también aficionado a narcóticas adicciones, busca refugio en la matinal y dominical eucaristía oficiada en un templo al norte de la ciudad de Valencia, tal vez pensando que la sacramental confesión podrá expiar sus múltiples pecados tanto capitales como veniales. Smith Torres llega, de rodillas a exclamar “Solo Cristo Salva”, como elocuente y espiritual alegato para escapar de su destino final que no es otro que ser reducido a una cálida celda custodiada por unos sólidos y grisáceos barrotes. La conjura de tonalidad azul ha sido vencida y sus otrora intrépidos promotores, los mismos de la violencia e irracionalidad, huyen despavoridamente.
La eficaz Interpol. El emblemático caso del Hotel Hesperia, donde un verdadero clan de forajidos, encabezados por José Rodríguez, aquel diligente mesonero devenido en opulento empresario, emprendieron un desproporcionado desfalco y continuada estafa en perjuicio del hispano consorcio hotelero, quienes al tener, desde la península ibérica, conocimiento del punible y delictivo hallazgo procedieron a ejercer todas las acciones judiciales correspondientes, tanto a través de la vía civil, como la inclemente jurisdicción penal, decantando en un pronunciamiento judicial donde se le imputan a la criminal banda los caritativos delitos de estafa agravada continuada y asociación para delinquir, acompañada la categórica sentencia de las respectivas órdenes de aprehensión, que provocaron la astuta evasión de los incriminados cuatreros. Sin embargo el pasado mes de septiembre nuestro máximo tribunal, nuestro TSJ en su Sala Penal declaró procedente la solicitud de extradición formulada por Venezuela para que España les envíe a los principales responsables del latrocinio y pillaje en contra del Hotel Hesperia. En los pasados días se conoció un oficio emanado por la Interpol Carabobo donde dan cuenta de la recepción de una comunicación por parte de la Secretaría General de Interpol (DCI), mediante el cual informan que la ciudadana Valentiner de Lara, Gladys Omaira, titular de la cédula de identidad número V-3.919.282, quien presenta notificación roja número de control A-12054/10-2024, se encuentra detenida en la ciudad de Madrid, Reino de España, por el delito de ESTAFA AGRAVADA CONTINUADA Y ASOCIACIÓN PARA DELINQUIR, a la Orden del Tribunal Primero en Función de Control del Estado Carabobo. Es decir que han venido cayendo todos y cada uno de los que participaron en el criminal ardid y timo. Solo falta la internacional captura de María del Rosario Coromoto Rojas, conocida en los bajos fondos con el alias de “Charito”, la indigna, vetusta jinetera que diaria y nocturnamente parece buscar quien pueda saciar sus más básicos deseos de lujuria y lascivia. Y esa es la verdad.
@CESARBURGUERA