Julie de Romero: La oikonomía de Dios
Si Dios es el dueño por derecho de creación y nosotros los administradores, se espera que quien ejerza el oficio de mayordomo sea fiel a quien lo llamó para esa tarea
Opinión.- Las familias son el epicentro del proyecto de Dios. En Génesis 1:28 Dios le entrega a la primera familia la autoridad y el poder sobre todo lo creado. Les entregó la administración y la capacidad de gerenciar grandes recursos económicos. La palabra administrar que aparece en 1 Pedro 4:10 en griego es oikonómos, refiriéndose a alguien que sirve como mayordomo, administrador y tesorero. De esta forma podemos entender que administramos los recursos de Dios, como la vida con sus dones y talentos, la familia y todo lo que pone en nuestras manos.
Si Dios es el dueño por derecho de creación y nosotros los administradores, se espera que quien ejerza el oficio de mayordomo sea fiel a quien lo llamó para esa tarea. En otras palabras, necesitamos las instrucciones, directrices y la ayuda de Dios para que todo aquello que hagamos produzca resultados y sea multiplicado.
Hoy día muchas familias sufren por sistemas económicos opresivos, limitantes y esclavizantes, muy contrarios al plan de Dios para sus vidas. Si se vuelven a los principios del Reino, su economía será sana y se abrirán oportunidades únicas, porque Dios desea entregarles dominio, autoridad y avance con la bandera del Reino de Dios.
En 2 de Reyes 4:7 había una viuda pobre que tenía dos hijos y muchas deudas. Su economía estaba en quiebra y -lamentablemente- sus hijos serían esclavizados para pagar a los acreedores. Parece una historia extrema, pero nos muestra cómo Dios puede romper con lo que parece imposible y sanar nuestra economía moribunda.
Dios quiere despertar tu productividad, sacarte del letargo mental para ver la salida a tu crisis. En esta historia, la familia estaba inmersa en una parálisis mental, esto sucede cuando le entregamos nuestras decisiones a otros, cuando escogemos no pensar, ni planificar, ni proyectar nuestro futuro.
La fe tiene que ver justamente con lo que ha de venir, la gente de fe se adelanta a su presente y ven lo que los demás no pueden ver. Por eso el profeta de Dios le preguntó ¿Qué tienes en casa? Para hacerla pensar, porque desvaloramos nuestros recursos, desestimanos nuestros dones y capacidades, pensamos que lo que tenemos al alcance de nuestras manos no es útil, ni suficiente. Ella respondió “su sierva no tiene en casa más que una vasija de aceite”.
Dios se expresa a través de ideas, una idea puede salvarte la vida y cambiar tu futuro. Cuando ella prestó atención al profeta, dejó de ver sus deudas, dejó de hablar de sus problemas a todos y de acusar a su fallecido marido por su situación, entonces pudo recibir la idea de Dios. El profeta le dijo “Pide vasijas vacías prestadas, no pidas pocas, enciérrate con tus hijos y echa aceite en todas las vasijas y las que estén llenas ponlas aparte”. No existen soluciones simplistas, las ideas que Dios te da debes trabajarlas habiendo desechado las malas experiencias pasadas. Ella pudo haber dicho “no quiero otro préstamo” pero entendió que, aunque parecía lo mismo, en esta oportunidad Dios era el socio de su negocio y la palabra e instrucción que recibió le abría el camino para su milagro.
La palabra que le dio el profeta, la activó, despertó su espíritu empresarial, su naturaleza productiva y ganadora, mientras Dios hacia su parte, ella hacia lo suyo, las vasijas llegaron, el aceite empezó a fluir, sus hijos eran testigos de la transformación económica de la familia, ahora eran un equipo de trabajo y en sus manos sucedía la multiplicación.
Cuando se llenaron todas las vasijas, Dios la dimensionó a través de una nueva idea, “vende el aceite” y “paga”. De creer que no tenía nada, experimentaron la multiplicación mientras trabajaban, y luego se expandió su negoció a través de una red de comercialización.
Así como ella, es necesario creerle a Dios en este asunto, hacerlo socio de nuestros planes y proyectos, pedirle que nos dé una idea productiva y creer que el plan económico de Dios para nuestras familias es de abundancia y prosperidad. Te pregunto ¿Qué tienes en tu casa?
Apóstol de la Federación C.C.N en Valencia.
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