En armonía fetal: El entorno y la epigenética
La mayoría de las enfermedades crónicas, con probabilidad, involucran la interacción de múltiples estímulos ambientales con múltiples genes
Opinión.- La epigenética es responsable de la herencia transgeneracional de caracteres adquiridos, como afirmaba Jean Baptiste Lamarck al inicio del siglo XIX. Se trata de un mecanismo a través del cual se ajusta la expresión génica en respuesta a cambios en el entorno. Actúa como un interruptor on-off.
Básicamente, pequeños grupos químicos se añaden a regiones específicas del ADN haciendo que un determinado gen deje de expresarse y, al intervenir en períodos críticos del desarrollo, el patrón que ha condicionado puede permanecer para el resto de la vida y, por tanto, su potencial impacto en la salud humana es enorme, generando un profundo impacto en la especie humana.
La mayoría de las enfermedades crónicas, con probabilidad, involucran la interacción de múltiples estímulos ambientales con múltiples genes. La epigenética es, además, una manera lógica de explicar los cambios fenotípicos en los gemelos monocigóticos. Individuos genéticamente idénticos se muestran epigenéticamente distintos ya al nacimiento y esas diferencias epigenéticas se hacen más pronunciadas con la edad y la exposición a diferentes 57 ambientes o entornos.
Los estudios epidemiológicos sugieren que los efectos de la programación fetal no se limitan exclusivamente a la primera generación y que esos mecanismos epigenéticos pueden ser los responsables, al menos en parte, de esa herencia transgeneracional no genómica.
Por tanto, las modificaciones epigenéticas son relativamente estables y hereditarias. Las células, y los organismos, pueden adaptar su expresión génica apropiadamente en respuesta a cambios en su ambiente, entre los que se destacan la disponibilidad de nutrientes y nuestra alimentación en general, la exposición a virus, productos químicos del humo de los cigarrillos, los rayos ultravioleta en la radiación solar, los contaminantes eliminados por los tubos de escape de los automóviles o cualquiera de los miles de moléculas y radiaciones a las que nos vemos expuestos a diario, las cuales pueden tener impacto en nuestros genes y condicionar un cambio en su expresión.
De este modo, el entorno interactúa con nuestros genes para crear la complejidad de cada organismo sobre la tierra y la aparición de la enfermedad. Y este es el legado epigenético que dejamos a nuestros hijos y nietos. Ahondaremos más en este tema la próxima semana.
Por: Gonzalo Medina Aveledo
Médico obstetra
Investigador de las emociones maternas
Ig: @armoniafetal