Cita con la historia: Noviembre de 1918; Carabobo desasistido en epidemia
Valencia se considera abandonada moral y materialmente por su presidente en estos momentos conflictivos para ella
Opinión.- Por estos días de noviembre, pero hace 106 años, en 1918, nuestra ciudad sufrió una de las peores calamidades de toda su historia: la epidemia de gripe española. Eran los tiempos de la dictadura de Juan Vicente Gómez.
En todo el país los niveles de sanidad eran sumamente bajos y las enfermedades como la tuberculosis, el tifus, la sífilis y el paludismo afectaban a una enorme cantidad de la población. La desnutrición era otra de las tragedias que azotaban al pueblo. No existía ni siquiera un Ministerio de Salud, sino que la sanidad pública estaba a cargo de un pequeño departamento en el Ministerio de Agricultura y Cría. Para la dictadura eran más importantes las vacas del general que la salud de la gente.
En aquellos tiempos en que no había aviones ni casi carreteras, las epidemias llegaban por los puertos. Así, en La Guaira a principios de octubre se reportaron los primeros casos que fueron expandiéndose hacia Caracas y toda la región central del país.
En Valencia aparece la peste para la última semana de octubre. El presidente del estado, impuesto por el dictador, era un general andino, Emilio Fernández, que tan pronto puede huye de Carabobo, refugiándose en Los Teques. El secretario general de Gobierno del estado, Luis Eladio Contreras, angustiado por la indefensión de los carabobeños, escribe al tirano:
General J. V. Gómez
…mi deber me obliga a decirle la verdad ya que es una obligación mía velar por su buen nombre… y precisamente porque quiero evitarle ingratas impresiones que puedan presentarse aquí.
…Valencia se considera abandonada moral y materialmente por su presidente en estos momentos conflictivos para ella, y su indignación puede estallar en una manifestación del pueblo a quién sabe, pues carece de recursos para atender necesidades de la actual epidemia y él ha marchado sin resolver nada en concreto y dejándome sin acción, pues ni siquiera me avisó que se iba.
Como esta situación, angustiosa para la sociedad y para mi, que no puedo ver con indiferencia sus sufrimientos, tanto más cuanto que yo debiera tomar una parte muy activa y así lo exigen mi posición y la misma población, me veo el forzoso caso de comunicarlo a usted.
El pueblo en masa prorrumpe en una sola queja… según opinión médica tenemos aquí para hoy 5.000 atacados de gripe.
Al día siguiente, Gómez, envía un perentorio telegrama a Los Teques donde le ordena al presidente del estado Carabobo:
“…hay como 5.000 casos de gripe en Valencia y la ciudad se encuentra justamente alarmada… es justo que usted salga inmediatamente para allá… para dictar todas las medidas necesarias para combatir el mal y aliviar a la clase proletaria que sufre y está expuesta a perecer. Avíseme salida.” Fernández regresó pero, tan pronto pudo, destituyó a Contreras.
Ante el abandono del gobierno, la ciudadanía se activó y se crearon juntas de socorro, sin elementos del gobierno y con pura participación de la sociedad civil, las que en cada parroquia velaron por la distribución de alimentos y medicinas. Se acordaron medidas como la suspensión de clases, cierre de establecimientos, medidas de aseo, etc. También se estableció el despacho de medicinas a los pobres en las boticas de: E. y Morales, Tuozzo y Manrique, N. Figueredo, Gustavo Minguet y Francisco Feo.
Asimismo, se designaron juntas de socorro subalternas por cada parroquia, entre quienes estaban mis parientes los doctores Heraclio Medina López, Temístocles López y Luis Ravelo Pérez, además de otros ilustres carabobeños, como en Catedral el Dr. Emiliano Azcunes, Pbro. Rafael Torres, Francisco Feo, Francisco Codecido. El Socorro: Pablo Hernández Madriz, Luis Manuel Berrizbeitia. San José: doctores Francisco Codecido Baquero, Melquíades Granadillo. San Blas: Dr. Simón Marrero, Ricardo Montenegro, José Velásquez y Vicente Roversi, entre otros.
Para fines de noviembre, el general Fernández telegrafía a Gómez informándole que “la gripe ha disminuido gradualmente en este estado” y que en los campos hay “muchos enfermos pero pocos muertos”. Ya la peste estaba terminando.
@luishmedinac