Hubo episodios en Montalbán, la Sabana de San Pablo (Tocuyito), Güigüe y Canoabo, pero hoy nos queremos referir a unos incidentes ocurridos en Valencia, narrados por Francisco González Guinan en su Historia Contemporánea, que son muy poco conocidos y acaecieron en pleno centro de la ciudad.
A principios de marzo de 1861 unos oficiales conspiradores que se encontraban presos en la antigua cárcel de Valencia que quedaba donde hoy se encuentra la Biblioteca Feo La Cruz lograron seducir a la guardia de la cárcel para atacar el Cuartel Anzoátegui que se encontraba en frente (donde hoy hay un estacionamiento).
Luego de unos pocos tiros los alzados logran sublevar al Batallón del cuartel. Al enterarse de lo que ocurría el comandante de armas de la ciudad se dirigió con su guardia al cuartel alzado, pero fue recibido a tiros por lo que se refugió en la antigua sede del Ayuntamiento, frente a la Plaza Bolívar, donde hoy está un comando de la Policía Municipal. Desde allí envió a sus oficiales a pedir apoyo a San Joaquín y Tocuyito donde había destacadas tropas leales.
Los alzados en vez de tomar la sede del gobierno lo que hicieron fue montar unos soldados en la torre de la iglesia desde donde disparaban al Ayuntamiento.
Al amanecer llegaron tropas leales de Tocuyito, Güigüe y Guacara generalizándose el combate en todo el centro de la ciudad. A las nueve de la mañana todo había terminado con la derrota de los insurrectos, quienes tuvieron doce muertos, incluyendo a varios oficiales y 30 heridos.
Terminado el enfrentamiento se convocó a un Concejo de Guerra que condenó a muerte a cinco militares, entre suboficiales y soldados, que fueron fusilados en la misma Plaza Bolívar, al pié de la torre norte, luego de recibir el auxilio espiritual por parte de tres sacerdotes que se hicieron presentes.
Pero hubo quien exigió también la pena máxima para los cabecillas de la cruenta aventura y se abrió otro Consejo de Guerra en contra de los oficiales implicados. La sentencia fue condenatoria a muerte a los dirigentes de la sublevación: Narciso Carrasquero, Eugenio Páez, Nicolás Godoy y Juan Salcedo, jefes del batallón alzado. Al subir en consulta a la Corte Suprema, la sentencia fue confirmada.
Uno de los integrantes de esos consejos de guerra fue Juan Bautista Montenegro, parlamentario, educador militar y tatarabuelo de quien esto escribe. El 17 de Abril fue la fecha fijada para la ejecución. González Guinán cuenta que muchas familias de Valencia se fueron a los campos para no estar en la ciudad para el momento del triste espectáculo. A las 4 de la tarde los condenados fueron llevados al pié de la torre de la Iglesia Matriz (hoy Catedral). A Carrasquero tuvieron que llevarlo cargado en una silla porque tenía una pierna destrozada por un tiro.
A la orden de -Fuego¡ sonó la descarga de fusilería y tres hombres cayeron muertos al piso. Carrasquero seguía vivo y gritó al pelotón:
-Ustedes ni sirven para matar a un hombre indefenso¡
Vino un oficial y le dio el tiro de gracia.
Otro drama se desarrolla simultáneamente: En la esquina de en frente, en la sede del Ayuntamiento, también quedaba la pequeña cárcel municipal. Allí se encontraba preso el viejo general Gabriel Guevara, prócer de la independencia y detenido pocos días antes del alzamiento por también ser insurrecto. El viejo general pierde la razón ante lo que ocurría en sus inmediaciones y muere por causas naturales, completamente enloquecido un año después.