No hay duda, como leía a alguien por allí, que nos alegramos que un venezolano se supere en el extranjero, que estudie y se gradué: ¡Guao, que bien! Especialmente cuando ese venezolano o venezolana haya tenido que salir del país, huyendo de la falta de oportunidades, deterioro de los servicios públicos, en especial de la educación y la salud. ¡Claro esta! Este no es el caso de ella, aunque nos alegramos también en un profundo ejercicio de tolerancia. Rosa Inés, que bueno que te fue. Estudió seguro en una buena universidad, a esas que allá no le confiscan el presupuesto, ni las allanan, porque de ocurrí así, surge una verdadera revolución de protestas, que son cuidadosamente reprimidas, sin violar los derechos humanos de los protestantes, como alguna vez ha ocurrido en Venezuela. Seguramente pensará usted que me lee, que exageró un poco.

 
Se graduó Rosa Inés, y de seguro tendrá inmediatamente trabajo bien remunerado allá en el imperio francés. No tendrá que preocuparse por tener carro, porque pronto lo comprará con su sueldo de recién graduada, mientras esto ocurre ( ósea puede comprar su carro) ella irá de tren en tren, y lo único que podría ocurrirle, es que llegue impuntual (ella) a la parada, porque el servicio es puntual, a la hora indicada, y de alto nivel de calidad.

 
Como todo padre, cuando tenemos un hijo, tenemos todos los hijos del mundo, y nos alegramos de los triunfos de todos los hijos del planeta, como decía Andrés Eloy Blanco. A pesar que nos de profunda nostalgia saber que el padre de ella, llegó al poder bajo promesas engañosas, destruyó al país mas rico de Latinoamérica, y produjo el éxodo más grande nunca imaginado por los venezolanos; que en su inmensa mayoría salen de Venezuela por el grave deterioro que vivimos, culpa de la "medidas económicas impuestas al país según dicen los revolucionarios socialista del siglo XXI, olvidando, que las expropiaciones, confiscaciones, violación de los derechos humanos y sobre todo la corrupción de este gobierno, acabaron con la pequeña Venecia de América: ¡Venezuela!. La lista de los actos de corrupción en Venezuela es larga, y el daño causado es inmenso. Si no hubieren robado tanto dinero que entró al país, y se hubiese invertido en educación y salud, otro gallo cantaría. Pero bueno, Rosa Inés se graduó allá en Francia potencia de Europa y el mundo. Solo esperamos que en algún momento, los miles de venezolanos adentro y fuera de nuestras fronteras tenga la misma oportunidad que ha tenido ella. Ojalá ella, se vuelva una crítica de este gobierno que destruyó al país. Ojalá ella, comparando la educación y la salud francesa, se de cuenta de los malo que estamos los venezolanos, de lo mal pagado de nuestros profesores universitarios y nuestro personal de salud. Ojala tenga ahora una clara visión imperialista, en la que la lucha de clase, del pobre contra el rico, es una utopía, que solo conduce a la destrucción de las repúblicas. Ojalá ella pueda ahora comprender que su padre, autor intelectual y físico de este desastre en que se ha convertido el país, estaba equivocado. La educación como lo en la francesa imperialista, es lo que debemos copiar aquí en Venezuela, y no el obsoleto modelo cubano. ¿ Me pregunto yo, por que Rosa Inés no estudio en Cuba?. Bueno, estas son reflexiones de un soñador, que aspira volver a ver a mi país, en el sitial de honor, del cuál nunca debió bajar. Sin duda la era Democrática del país, esa de los llamados "40 años" fue mejor que esto que vivimos. No era perfecta, y en ello vamos a estar de acuerdo, pero era perfectible. Una educación a la francesa para Venezuela, es lo que necesitamos.

Rubén Limas