Opinión.- La forzosa dimisión. Una temblorosa rúbrica era plasmada en la impostergable dimisión. Los fantasmas, adquiriendo desmedida e intimidante magnitud, se agolpaban sobre el afligido despacho, convertido en lacerante patíbulo y allí, como implacables togados con oscuro ropaje, llegaban a enumerar cada uno de los indecentes casos que terminaron por deplorar la cuestionada gestión municipal que insolentemente comprometía, de manera inédita, el rumbo definitivo de la ciudad de Valencia y se exhibía como inaceptable afrenta al trascendental legado, al irreversible proceso revolucionario y al excepcional ejercicio, el singular esfuerzo que viene desarrollando el reelecto presidente Nicolás Maduro con el incondicional soporte del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en la ineludible labor de consolidar esta venerada patria. Por ello la lacerante, pero necesaria dimisión se presentaba, portando en sus alforjas, la plena reivindicación de Valencia, perenne capital de este insustituible Carabobo. En los amplios salones del ayuntamiento, desbordado de esperanza e ilusión, rescatado del diario flagelo de las impúdicas prácticas, procedía nuestra Cámara Municipal, con sus comprometidos ediles, a juramentar como alcaldesa a Dina Castillo, que representa el más sólido argumento para emprender, de manera inmediata, la sostenida recuperación del amplio territorio valenciano, haciendo prioritario énfasis en el imponente Sur de la ciudad, con sus válidas exigencias y reclamos. Dina Castillo presenta una íntegra e impecable trayectoria que ha dejado plena vigencia y huella en cada una de las elevadas funciones que le ha correspondido ejercer como imprescindible pieza en la moderna filosofía del “Nuevo Carabobo” que desde aquel año 2017 ha proclamado Rafael Lacava para presentar, en la actualidad, a nuestra entidad federal como principal referencia dentro del contexto nacional y contando con el amplio reconocimiento de diferentes sectores que observan al gobernador de Carabobo como el más cristalino ejemplo de capacidad, talento y eficiencia. Por ello Rafael Lacava está, de manera definitiva, enclavado en la memoria del común, del ciudadano, ese mismo que aguardó por décadas su arribo para que dirigiera los destinos de este bendecido territorio.

El adecentado IMA. La agenda en la alcaldía de Valencia parece no proporcionar alguna tregua y es que el comprometido escenario surge como principal obstáculo para alguna pausa. La alcaldesa Dina Castillo inicia con abrupta fuerza su complejo devenir, asume sin ninguna reserva el trabajo o la asignatura encomendada. Las primeras instrucciones se esparcen raudamente por cada espacio del amplio ayuntamiento y de esa manera se han establecido comisiones técnicas que puedan garantizar la plena operatividad de la capitalina alcaldía, igualmente se procedió a un diagnóstico para proceder a una exhaustiva revisión para asegurar la debida transparencia de todas las áreas operativas y administrativas de esta fundamental instancia municipal, que habían sido señaladas con serios y contundentes cuestionamientos por el irregular manejo de los recursos del erario público y que decantó en diversos pronunciamientos por parte del Poder Judicial en contra de elevados funcionarios de la alcaldía de Valencia, entre ellos 2 presidentes del Instituto Municipal del Ambiente con sus clorofílicas siglas (IMA), hoy en acelerada fuga y otros directores que yacen remitidos a diferentes centros de reclusión. En pasados días hacían acto de presencia el gobernador de Carabobo y la alcaldesa de Valencia para anunciar la incorporación de más de sesenta unidades para la efectiva recolección de desechos sólidos en la ciudad y es que la basura, en todas sus acepciones, se estaba apropiando, descaradamente, de amplios espacios de la zona capital. Rafael Lacava en el extenso recorrido con Dina Castillo llegaba a exclamar “Aquí estamos en el ejercicio de rescatar la imagen del Instituto Municipal del Ambiente que ha sido cuestionado en todos estos meses. Nosotros estamos comprometidos con la transparencia de este instituto que debe ser ejemplo de gestión pública en el estado y en el país”. Por otra parte se asumió como un impostergable reto el persistente reclamo por el desproporcionado monto de las facturas del servicio de aseo urbano, en ese sentido el gobernador de Carabobo enviaba un claro y categórico mensaje que retumbara positivamente en toda esta importante urbe, Lacava señalaba “Hemos decidido solicitar una investigación profunda de la estructura de costos de lo que representa las tarifas que se cobran en el ciudad de Valencia. No es posible el cobro excesivo y desproporcionado de esas tarifas que han perjudicado drásticamente la actividad económica, conocemos de innumerables casos donde son prácticamente condenados a cerrar sus establecimientos comerciales por las elevadas tarifas de aseo urbano. Ante ello le solicito ciudadana alcaldesa en nombre del pueblo de Valencia, de los comerciantes, de la actividad económica que han sido castigados por el embate de estas tarifas realmente prohibitivas. Estas tarifas deben ser disminuidas y pronto será anunciada la realidad del cobro de las tasas del aseo urbano en Valencia”. Retorna, con mayor gloria y grandeza, el Padre Bolívar para recordarnos el sagrado deber patriótico “Defenderéis a Valencia hasta morir, si se pierde Valencia se pierde la República”, para nosotros nunca representará una oportuna consigna para ocultar deslealtades y desviaciones, sino se ha convertido en una arraigada convicción. Y esa es la verdad.