Crónica del pasado: El DC-6 de AVENSA, el primer secuestro aéreo de Venezuela
Era un excelente ejemplo de empresa privada exitosa que contribuía al desarrollo del país. Era un blanco perfecto para los ultraizquierdistas que odiaban todo lo que significara desarrollo capitalista
Opinión.- AVENSA fue una de las más antiguas y mejores líneas aéreas de Venezuela. Creada en 1943, por los empresarios Boulton en sociedad con el gobierno y líneas extranjeras fue pionera en el desarrollo de la aviación civil venezolana, siendo la primera compañía que estableció los vuelos diarios, incluyendo los domingos y días festivos; la primera que estableció atención con azafatas a bordo de sus aviones y la que inició el servicio de vuelos especiales de carga y pasajeros, así como carga en forma regular dentro del país.
También fundó una escuela técnica de aviación civil, con la finalidad de dictar cursos en las áreas administrativas, operacionales, tráfico aéreo y mantenimiento y el Centro de Adiestramiento de Vuelos, para atender el alto nivel exigido para las tripulaciones de mando, ofreciendo en sus instalaciones novedosos y modernos equipos. Era un excelente ejemplo de empresa privada exitosa que contribuía al desarrollo del país. Era un blanco perfecto para los ultraizquierdistas que odiaban todo lo que significara desarrollo capitalista. Por eso la eligieron para el primer secuestro aéreo de Venezuela: la llamada “Operación Livia Gouverneur” de la subversión de la izquierda.
¿Pero quién fue Livia Gouverneur? A principios de los años sesenta los izquierdistas venezolanos: el Partido Comunista (PCV) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) auspiciados por la dictadura cubana de Fidel Castro, acometen una campaña de actos terroristas, asesinatos, bombas, extorsiones y secuestros para desestabilizar el gobierno constitucional de Rómulo Betancourt. En aquellos tiempos se habían refugiado en Venezuela una buena cantidad de familias cubanas que habían huido de la dictadura de la isla caribeña.
Dentro de la ola de asesinatos que ejecutaban los comunistas por aquellos años se recuerda la masacre de los guardias nacionales del Tren del Encanto, el horroroso crimen del presidente del Seguro Social Dr. Iribarren Borges, y el asesinato casi diario de los policías de punto que fueron exterminados por toda Caracas. Siguiendo con esa campaña de terror, un grupo de jóvenes guerrilleros recibió ordenes de ametrallar la casa donde el gobierno había cobijado a varias familias (hombres, mujeres y niños) que habían huido de Cuba.
El 1ero de noviembre de 1961 en un Volkswagen rojo salieron a cometer su atentado Livia, “Cara E Loco”, “Rasputin”, “Pancho” y Alejandro, el jefe. Livia y Alejandro iban en los dos asientos delanteros, el resto de los guerrilleros, armados de pistolas y una subametralladora, en el puesto trasero. Camino a su destino, de repente suena un disparo dentro del pequeño carro. La muchacha se inclina sobre el tablero. Uno de los guerrilleros ha disparado accidentalmente una pistola 9mm. La bala atravesó el asiento y le entró a la joven por la espalda saliendo por el pecho causando una gran hemorragia. Desconcertados los pichones de guerrilleros no saben qué hacer. Livia está viva, pero pierde mucha sangre. Tratan de ir aun hospital, pero se atemorizan al ver que hay una patrulla en la emergencia. Van a otro y también ven policías alrededor. Siguen buscando y el tiempo va pasando, hasta que en las inmediaciones de un solitario dispensario se acercan y bajan a la mujer y la dejan en la acera. Ya es un cadáver.
La propaganda subversiva trata de hacer de este fracaso un hecho heroico y empiezan a decir que la guerrillera ha muerto en un combate. Designan a una célula de jovencitos para que secuestre un avión de AVENSA y le dan al atentado el nombre de la joven muerta.
El 27 de noviembre cinco guerrilleros abordan el DC-6B YV-C-EUG de Avensa desde Maiquetía con destino a Maracaibo. El aeroplano lleva cuatro tripulantes y otros 38 pasajeros.
Tan pronto han pasado cinco minutos del despegue cuando se levantan de sus asientos los cinco terroristas pistola en mano y anuncian que se trata de un secuestro.
Los pasajeros se angustian. Unas mujeres lloran y otras gritan. Otra más allá empieza a rezar un rosario que llevaba entre las manos. Los hombres se miran las caras en silencio y con temor.
Los guerrilleros irrumpen en la cabina y le ordenan al piloto que empiece a sobrevolar Caracas, sobre la cual lanzan centenares de papeles contra el gobierno que llevaban en sus equipajes.
Una vez terminada la tarea el jefe el comando le ordena al piloto:
Pero el piloto les engaña:
-No tenemos suficiente combustible para ir tan lejos. Nos caeríamos en el mar.
Y luego de discusiones y amenazas los jóvenes secuestradores se convencen de la estratagema ideada por el piloto.
-¿Podemos llegar hasta Curazao? Llévenos para allá.
En la Antilla holandesa las autoridades rápidamente detuvieron a los secuestradores y los desarmaron. A los pocos días fueron entregados al gobierno venezolano. Aquí fueron enjuiciados y condenados. En aquellos tiempos, que todavía no había casi secuestros, el viejo Código Penal no castigaba con penas muy severas ese delito y los terroristas salieron en libertad en 1966.
La ola de terrorismo de la izquierda siguió por muchos años con secuestros de personas, aviones y hasta barcos.
Después del secuestro del avión de Avensa se registraron otros ocho secuestros más. El último tuvo lugar el 5 de diciembre de 1981 con una nave -B-727-200 (YV-74C) en ruta Maiquetía-San Antonio del Táchira. 4 secuestradores armados desviaron el vuelo a Cuba.
Por Luis Heraclio Medina