Julie de Romero: El poder de la celebración
Dios le dijo a Faraón, deja ir a mi pueblo para que me celebre fiesta
Opinión.- Hace unos días celebré mi cumpleaños, entre la familia, mis seres queridos y amigos. Esto me hizo querer escribir acerca del poder de la celebración. No sé cuál sea tu punto de vista, qué piensas acerca de las celebraciones, incluso ¿has reflexionado en cuanto a esto? Hoy te hablaré acerca de un nuevo enfoque de la celebración, que yo lo llamo el poder de la celebración.
Muchas veces creemos que celebrar se refiere a todo aquello que hacemos en un momento especial tipo cumpleaños, graduación, una reunión especial con amigos o, cuando cumplimos metas. Pero hay un secreto mucho más poderoso acerca de la celebración.
Dios le dijo a Faraón, deja ir a mi pueblo para que me celebre fiesta. Dios quiere que su pueblo celebre, es decir que sean felices, que tengan gozo. Tanto es así que en Isaías 63:1 dice que Dios dará aceite de alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de espíritu abatido, y termina diciendo que serán plantíos de Dios para su gloria.
Es decir, que Dios promete cambiar el lamento en gozo, la tristeza en alegría, el abatimiento en alabanza, lo cual demostrará que somos sus hijos y que por causa del gran Dios que tenemos estamos felices y confiados en Él.
En esta área debemos trabajar en nuestras vidas, porque muy fácilmente nos entregamos a la tristeza, al lamento, a la queja, la desesperanza y sonreímos, bailamos, pero por dentro hay tristeza y dolor, lo cual nos debilita en las pruebas y hasta nos impide salir aprobados de ellas.
Pero esta no es la idea de Dios para ti. La única manera de atravesar las pruebas es con gozo. El gozo fortaleció a Jesús en la cruz, el gozo traerá fortaleza a tu vida para enfrentar pruebas. Si la Biblia dice: Estén siempre llenos de alegría en el Señor ¡alégrense! en Filipenses 4:4 es porque sí es posible. Enfrentar las pruebas con gozo, celebrar todos los días, y mantener un corazón alegre.
El secreto está en lo que dijo María la madre de Jesús en Lucas 1:46-47: “Mi alma engrandece al Señor y mi espíritu se regocija en Dios mi salvador”. Regocijarse es saltar de alegría. Y acá está un secreto que te hará saltar de alegría. Tu espíritu debe estar en contacto con el gozo de Dios, tu vida espiritual debe llenarse del gozo que da el Espíritu Santo.
Aunque aparentemente María no tenía muchos motivos para celebrar porque era una madre soltera, tenía una pésima reputación, su vida corría peligro, su futuro estaba en riesgo, estaba viviendo un suceso no planificado, sin recursos y sin ayuda. Sin embargo, ella se regocijaba con su espíritu, mientras que, con su alma, donde están los pensamientos, sentimientos y voluntad, ella engrandecía a Dios.
¿Cuál era su secreto? Muy sencillo y muy poderoso… ella había entregado su voluntad, sus planes y sus deseos al Señor, había sido llena del Espíritu Santo, sus pensamientos descansaban en las promesas de Dios, además que ella conocía a Dios de cerca y estaba completamente convencida que él nunca le fallaría. Por eso María dijo “me llamarán bienaventurada las generaciones” Solo la gente llena de gozo puede celebrar en su proceso y declarar con fe y seguridad, que su futuro será de bien.
Te invito a ser lleno del gozo de Dios, permite que el Espíritu Santo llene tu vida de tal manera que tu espíritu se regocije en él, confía en Dios y sus promesas para ti, deléitate en él, y declara que todo estará bien como lo hizo María cuando dijo me llamaran bienaventurado las generaciones.
Celebrar sin verdadero gozo, es solo un fuego destinado a apagarse, son alegrías momentáneas, que rápidamente se disipan. Hay quienes creen que para esto es la celebración, disfrutar para olvidar. Pero te he demostrado que puedes vivir en un estado de celebración, donde sentirás que la alegría es genuina, profunda, llena de gratitud y confianza, rebosando de paz y amor.
Si estas atravesando un proceso y no entiendes ciertas cosas como María la madre de Jesús, te invito a pedirle a Dios que te llene de gozo en medio de las pruebas y que no aleje su presencia de tu vida, entonces sentirás cómo eres invadido de su paz, recibirás fuerzas nuevas, te reirás y declararás que todo estará bien, porque aprendiste a descansar en Dios y su poder. Esta es una nueva dimensión de la celebración que fluye desde adentro y permanece contigo después de la fiesta, porque se te reveló que hay muchos motivos para celebrar.
Ap. Julie de Romero.
Apóstol de la Federación C.C.N en Valencia.
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