Francisco Fonseca: Lacayos imperiales
Nayib Bukele, con su mediática y su coqueteo con Washington, está siendo cómplice de una de las violaciones de DDHH más grande de estos tiempos, contra cientos de venezolanos
Opinión.- Hay acontecimientos que revelan cómo el poder, en sus múltiples formas, pisotea derechos, ignora fronteras y sacrifica vidas en nombre de intereses que pocos se atreven a nombrar. Por eso, más que nunca, es necesario alzar la voz, porque en este mundo en llamas, el silencio jamás será una opción.
Y es que resulta imposible mirar hacia otro lado cuando Nayib Bukele, con su mediática y su coqueteo con Washington, está siendo cómplice de una de las violaciones de DDHH más grande de estos tiempos, contra cientos de venezolanos. Aunque, en contraste, vemos al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro defendiendo a sus connacionales y ofreciéndoles garantías de un retorno seguro a su Patria, entre otros beneficios, no podemos dejar de lado lo que acontece, menos cuando se trata de los nuestros. Seguro estoy que más temprano que tarde, la justicia tocará a esa oposición apátrida que ha aupado esta situación.
Por otro lado, vemos cómo Guyana, país que se ha convertido en un botín petrolero para los intereses estadounidenses, atenta contra toda ley y por supuesto, sigue sus intenciones de despojar a Venezuela del territorio Esequibo; mientras que en Gaza, ese eterno campo de batalla, Israel sigue sembrando muerte y desolación, aún cuando se anunció un alto al fuego. Pero veamos estos temas en detalle.
Bukele: un lacayo imperial
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, actúa como un títere de los intereses imperiales, particularmente de Estados Unidos. Su enfoque autoritario en la lucha contra las pandillas, aunque popular internamente, ha levantado sospechas sobre su apego con las agendas externas. Bukele ha implementado medidas drásticas, como el régimen de excepción, que ha sido criticado por violaciones a los derechos humanos; mientras que su retórica populista y su acercamiento a Washington sugieren una complicidad con los intereses estadounidenses en la región, especialmente en un contexto donde Centroamérica sigue siendo un tablero de ajedrez geopolítico. Ahora se ha aliado para también perseguir a los venezolanos, víctimas de una deportación masiva desde varios países de la región y que ha generado un debate sobre el respeto al derecho internacional, una decisión en la que tienen las manos metidas, los mismos de siempre. Y esto debe preocuparnos más allá de la de noticia. Muchos de estos connacionales han sido expulsados sin garantías procesales, violando principios básicos como el derecho al debido proceso y la no devolución. Estas acciones no solo deshumanizan a los migrantes, sino que también reflejan una falta de solidaridad regional. La comunidad internacional debe exigir que se respeten los derechos de los venezolanos, independientemente de su estatus migratorio.
El gobierno venezolano garantiza los derechos de sus compatriotas
Frente a estas deportaciones, el gobierno de Nicolás Maduro ha reiterado en muchas ocasiones, su compromiso con la protección de los derechos de los venezolanos en el exterior. El Estado venezolano siempre ha estado a la vanguardia de la lucha por los derechos de nuestro pueblo. A través de iniciativas como el Plan Vuelta a la Patria, se facilita el retorno de quienes desean regresar al país, haciendo uso de pleno derecho. Al tiempo que ha habido un sinfín de pronunciamos desde los diferentes frentes en repudio a la persecución y al maltrato y en apoyo a los nuestros.
Guyana: Un peón en el juego estadounidense
La disputa territorial entre Venezuela y Guyana por la región del Esequibo ha tomado un giro preocupante con la creciente y cada vez más marcada influencia de Estados Unidos. Este territorio, rico en recursos naturales como el petróleo, se ha convertido en un aliado estratégico para Washington en la región. La presencia de empresas estadounidenses en la explotación de recursos en el Esequibo sugiere que Guyana está siendo utilizada como un peón en el tablero geopolítico de Estados Unidos, lo que complica aún más la resolución pacífica del conflicto. Debemos seguir luchando y alertas ante la amenaza latente. ¡El Esequibo es nuestro!
Israel vuelve a matar en Gaza
Por último, no quiero despedir el artículo de esta semana manifestando nuestra preocupación porque el conflicto en Gaza sigue siendo una herida abierta. No puede ser que las recientes incursiones militares de Israel en la Franja sigan causando la muerte de civiles palestinos, incluyendo niños. Estas acciones, justificadas bajo el argumento de la "autodefensa", siguen siendo una violación flagrante del derecho internacional humanitario. La comunidad global no puede seguir siendo cómplice de estas atrocidades. Es urgente un llamado a la paz y a la resolución del conflicto mediante el diálogo.
Es responsabilidad de la comunidad internacional exigir transparencia, justicia y respeto por los derechos humanos en todos los frentes. Solo así podremos avanzar hacia un mundo más equitativo y pacífico. ¡Palestina será libre!
Francisco Fonseca. Abogado y político.
