Opinión
Julie De Romero: El perfecto amor de la cruz
El amor de Dios estuvo presente desde el principio de la creación, pero se expresó en su plenitud a través de Cristo
23 de abril de 2025
Opinión.- El amor es la fuerza más poderosa de la humanidad que trasciende este plano natural y proviene del único Dios eterno, creador de todo y por quién subsisten todas las cosas. La biblia dice que el amor de Dios fue derramado en nuestros corazones, es decir, el amor se desbordó sobre todos, permeando nuestros corazones, dándonos la capacidad de amar como Dios ama, expresado a través del amor de una madre por su hijo, de un padre por su familia o el amor que une a las parejas durante toda su vida.

El amor es inagotable, es benigno, no hace mal, no es jactancioso, no se envanece, no es arrogante, es paciente, no tiene envidia, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal que ha recibido, no se goza con la injusticia sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, es el mayor de los dones de Dios, es la fuerza más poderosa que sostiene la vida, el universo y nunca dejará de existir. Para una mente humana es inentendible, pero es verdaderamente real.

El amor de Dios estuvo presente desde el principio de la creación, pero se expresó en su plenitud a través de Cristo, quien fue la gracia derramada, el regalo que la humanidad no merecía, quien ofreció un amor perfecto, único, incomparable, que sacia cada necesidad, sana, restaura, perdona nuestros pecados, nos ofrece un camino nuevo para ser perfeccionados y transformados por medio de su amor.

El mundo nunca volvió a ser igual después de esa Cruz, el amor fue probado en el dolor, en el rechazo, en la burla, en el desprecio, en el odio, pero el amor trascendió y obtuvo la victoria sobre la muerte, el odio, la maldición y el pecado. Este mismo amor que fue Cristo cambió a la humanidad, instaurando el reinado del amor ágape, divino, a través del perdón eterno de nuestros pecados y dándonos el galardón de ser llamados hijos de Dios.

Si quieres conocer el amor, debes comenzar mirando la cruz, mírate a ti mismo, ensangrentado, desnudo, abandonado, rechazado por todos, odiado, condenado a muerte por tus pecados, encadenado, recibiendo el castigo merecido. Sin embargo, fue Cristo quien estuvo allí, tomó tu lugar, pidió ser él quien fuera molido, traspasado, herido, por ti, para liberarte y salvarte; no hay amor más grande que este. Aún después, él sigue amándote y diciendo “valió la pena” “lo volvería a hacer”. ¡No rechaces tal nivel de amor!

Solo queda una sensación de amor inmerecido, de amor que traspasa, de amor que te hace deudor eterno, de amor que te envuelve, del que es imposible huir.

El mundo cambió para siempre, no lo hizo el odio, lo hizo el amor. Sus últimas palabras fueron tan conmovedoras como poderosas, “padre perdónalos” “no saben lo que hacen” y “todo fue consumado”.

Hoy él te sigue amando, no importa tu pasado, lo que hiciste o si lo mereces. Él sabe que su amor es suficiente para trasformar tu vida, tu corazón y tu destino. “no hagas esperar a ese amor”.

Ap. Julie de Romero.
Apóstol de la Federación C.C.N en Valencia.
Instagram @juliederomero
@ccn.valencia
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VÍA Equipo de Redacción Notitarde
FUENTE Julie de Romero