La pasada semana se producía una relevante alocución presidencial donde Nicolás Maduro formalmente promulgaba la aguardada Ley Orgánica de Zonas Económicas Especiales. Pleno de satisfacción, la máxima y única referencia del proceso revolucionario colocaba el histórico ejecútese a este medular instrumento jurídico, que servirá como moderna herramienta en este irreversible proceso de la recuperación de la patria, en esta fascinante y nueva etapa que ha proclamado definitivamente Nicolás Maduro. Con esta trascendental promulgación se otorgó la plena autorización para el dinámico funcionamiento de los territorios de desarrollo productivo en Paraguaná (Falcón), Puerto Cabello – Morón (Carabobo), La Guaira (La Guaira), Margarita (Nueva Esparta) y la Isla La Tortuga (Territorio Insular Miranda). El presidente volvía a indicar a todo el país, a sus respectivas instancias gubernamentales a nivel regional y municipal de su inalterable hoja de ruta, su ineludible itinerario en el superior objetivo de optimizar la calidad de vida del común “Tenemos el deber impostergable de construir las Zonas Económicas Especiales con ese peculiar sello nacional, con nuestra propia creatividad, talento, innovación e inventiva. Tienen que ser zonas de un alto componente de inversión, de un elevado contenido de desarrollo científico y tecnológico”. En el desarrollo de este solemne y significativo evento, el presidente Nicolás Maduro hacia digital contacto con quien se ha constituido en el más ferviente aliado dentro de la conformación de esta fecunda época que vive Venezuela, se llegaba a comunicar con su compañero de innumerables luchas, con su hermano de vida, el gobernador del estado Carabobo, Rafael Lacava. Maduro recordaba las frecuentes visitas que ha realizado a nuestra entidad para transmitir el directo estímulo y consecuente apoyo del gobierno nacional a todas las iniciativas que se han gestado desde una óptima gestión de gobierno regional. Es volver a retumbar la enérgica consigna “Somos una sola voz, somos un solo gobierno”. Igualmente el primer mandatario rememoraba su presencia en el acto de juramentación de Rafael Lacava como el primer gobernador reelecto de la revolución en Carabobo y que contó como insustituible marco el inmortal Castillo San Felipe, ubicado en los bendecidos espacios de Puerto Cabello, ungida ciudad que se ha convertido en el principal argumento para convertir al litoral carabobeño, al eje costero de la región en el exacto sinónimo de desarrollo, crecimiento económico y progreso y poder exhibirse como ejemplo para otras importantes latitudes de nuestro territorio patrio. Rafael Lacava agradecía a Nicolás Maduro su siempre especial deferencia con Carabobo y particularmente con su gestión iniciada en aquel esperanzador año 2017. El gobernador de Carabobo hacía una impecable exposición sobre la implementación de la Ley Orgánica de las Zonas Económicas Especiales y sus inmediatos efectos, llegaba a narrar como Carabobo se ha preparado para poder conformar todo un sofisticado plan de ejecución para el asegurado éxito de la zona especial que se ubicará en el eje costero extendido en los litorales municipios de Juan José Mora y Puerto Cabello, ambos con el aval infinito del Mar Caribe. Lacava llegaba a asegurar, con absoluta propiedad, que el estado Carabobo está decidido a incorporarse y participar de manera protagónica en el mercado turístico del Caribe, teniendo al eje Puerto Cabello-Morón como una primordial potencia turística y económica. “Tenemos las herramientas y la ventajas competitivas de una tierra prodigiosa, contamos con enormes facilidades logísticas y de transporte multimodal, para fomentar el desarrollo y competir en el mercado turístico del Caribe, igualmente debemos recordar que el estado Carabobo, y particularmente el eje Puerto Cabello y Morón, cuenta con características de comunicación únicas en el país por vía terrestre, marítima, aérea y ferroviaria, convirtiéndonos en un foco muy importante para el tema logístico que es fundamental para las exportaciones e importaciones y seremos un extraordinario atractivo para los inversionistas nacionales y foráneos que ven y seguirán viendo a Venezuela como un destino seguro para sus inversiones en los próximos 50 años”.

 Esta alocución presidencial donde se promulgaba esta transformadora ley de las zonas económicas especiales, también sirvió para volver a observar esa estricta comunión, ese entrañable y afectivo vínculo que existe entre Nicolás Maduro y Rafael Lacava. Se volvía a ratificar que han asumido la compleja, ardua y diaria tarea de enfrentar los desafíos que conlleva la recuperación de esta reverenciada patria. Habrá que recordar la propuesta surgida desde las mismas bases o militancia revolucionaria en Carabobo y que Rafael Lacava, como su insustituible interlocutor, presentó ante el mismísimo seno del V Congreso del PSUV, para que se pronunciara de manera unánime y proclamara, desde ahora, como abanderado o candidato del arraigado sentimiento chavista a su principal referencia como lo representa inequívocamente Nicolás Maduro para las próximas elecciones presidenciales a realizarse en el año 2024. Lacava no descansa en su labor de ser principal promotor de la continuidad del paso gubernamental de Nicolás Maduro, ese mismo paso que lleva impregnado la moderna confección, los necesarios cambios que requiere y exige Venezuela para su definitiva consolidación y es que “Se avecinan nuevos y mejores tiempos”. En la digital conversación, el presidente Maduro hacia cristalino reconocimiento a esa entrañable amistad que lo une por décadas con el mandatario carabobeño y hasta llegaba a señalar, para disipar cualquier estéril duda, “Fíjense, Lacava se viste igual a mí, hablamos previamente por teléfono y le sugerí que color debía utilizar para este importante y formal acto, siempre estamos coordinando todo con Lacava, hasta en la forma de vestir. Tenemos la misma visión de país y de patria. Entre Lacava y yo hay plena unión y compromiso” y dejaba deslizar que a corto plazo se iba a producir conjuntamente un importante anuncio. “No hay que olvidar aquello Lacava, no hemos lanzado aquel anuncio, te daré la seña en el momento justo. Espera la seña Lacava”. Observamos cómo de manera espontánea caminan Nicolás y Rafael, saben de sus supremas responsabilidades, conocen perfectamente cuál es el sendero por donde deberá transitar nuestro país, han diseñado la estrategia y el trayecto. Rafael Lacava vuelve a repetir con mayor énfasis y profunda emoción “Presidente, Venezuela está condenada al éxito” y es que sabe realmente que no hay espacio para la rendición o capitulación, porque un esperanzado pueblo ya ha depositado toda su confianza, creencia y aliento a esta suerte de sagrada e inquebrantable alianza entre Nicolás Maduro y Rafael Lacava. Y esa es la verdad.