Actualmente, la organización apuesta por los emprendimientos como estrategia para formalizar el empleo, por eso diseñan estrategias de acompañamiento a los estudiantes en alianza con empresas y otras instituciones.
Los centros de la Asociación no están exentos de la crisis que vive la educación y el país en todos los sectores: han sido robados sus talleres y vandalizadas algunas escuelas, sobre todo en la soledad de la pandemia, como le ocurrió a otros centros educativos del país.
Sin embargo, esa crisis abrió las puertas de la virtualidad y de nuevas maneras de conectarse con las personas de sectores populares.
Históricamente se ofrecieron cursos de carpintería, costura y otros oficios clásicos; ahora se incorporan los relacionados con la tecnología.
Hay formación en prácticas industriales, en textilería y de alimentación, detalló el coordinador. En el área comercial, hay formación en contabilidad, mercadeo y desarrollo de estrategias en plataformas digitales para la venta de productos.
En el área de agricultura hay colegios con más o menos terreno, pero en la mayoría hay prácticas de siembra de alimentos. Hay huertos escolares que recogen hasta 50 kilos de granos como ocurre, por ejemplo, en el estado Cojedes.
La encuesta sobre jóvenes de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) reveló que un 52 % quiere una carrera corta que los ayude a ir directamente al mundo del trabajo. La crisis hace que las personas combinen la educación con el trabajo.
Por esto, desde la APEP se están realizando alianzas por la educación de los jóvenes en sectores populares, para ofrecer cursos rápidos y que dignifican el trabajo.
La Asociación de Promoción de Educación Popular cumple 60 años ofreciendo alternativas de educación popular a niños, jóvenes y adultos.
La obra nació en la parroquia Lídice de Caracas, para ofrecer formación en oficios a personas de sectores excluidos. Por el éxito de esta experiencia, la iglesia decidió extenderlo a otras parroquias de Caracas y posteriormente a zonas rurales, indígenas y populares del país.
En la actualidad, la experiencia de APEP cuenta con 97 talleres de costura en todo el país. En total, hay 140 centros.
De igual forma, Andrade explicó que trabajan en programas de formación de microempresas. “No se trata de trabajo precario sino de formalizar empresas que generen estos puestos”.
El país enfrenta el reto de combinar la técnica con la academia para la crisis multisectorial que afronta.