En este episodio, el magistrado relata cuando una sacrificada y comprometida Madre le ofreció a Bolívar sus más preciados tesoros. Sus dos hijos de 13 y 14 años para que se incorporaran en los ejércitos patriotas.
Bolívar, visiblemente conmovido por el gesto de desprendimiento de esta noble madre, en voz alta exclamó una frase que quedó para la posteridad.
Finalmente, el magistrado reflexionó; que Bolívar, quién por designios de Dios perdió a su madre a temprana edad; nunca se sintió huérfano pues recibió; el sacrificio, el amor y la abnegación de las valerosas madres de la patria.