En primer lugar, la crisis militar, originada a raíz de los sucesos del primero de enero de ese mismo año, trastocó el poder absoluto que hasta entonces tenía el primer mandatario en el seno de las Fuerzas Armadas; el alzamiento de los oficiales de la Fuerza Aérea en la base de Boca de Río, cercana a la ciudad de Maracay, y del cuerpo de blindados del cuartel Urdaneta de Caracas, al mando del teniente coronel Hugo Trejo, produce una crisis de liderazgo en la institución castrense.
A pesar del fracaso de esas acciones, los venezolanos de todos los sectores se pudieron dar cuenta de la situación militar que culminaría con la sublevación, el día 22, de los oficiales al mando de la Escuela Militar en Caracas, así como de las bases navales de La Guaira y Puerto Cabello y de gran parte de los cuarteles en el interior del territorio nacional.
En segundo lugar, la crisis política en el seno del propio gobierno producto de la descomposición y fraccionamiento del mismo (a raíz del plebiscito de diciembre de 1957) y que origina dos cambios de gabinete sucesivos, los días 10 y 13 de enero de 1958, respectivamente, además de la salida hacia el exterior de los personeros más cercanos a Pérez Jiménez, vetados por las Fuerzas Armadas, Laureano Vallenilla Lanz, ministro hasta entonces del Interior, y Pedro Estrada, jefe de la policía política del régimen, la Seguridad Nacional.
Ante tal cuadro político y militar, comienzan a publicarse diversos manifiestos en contra del gobierno tambaleante, firmados por hombres y mujeres que representan los más diversos campos de la actividad económica, profesional y cultural, así como también pronunciamientos públicos de instituciones nacionales: el Colegio de Ingenieros, la Asociación Venezolana de Periodistas, federaciones obreras y sectores empresariales que hasta ese momento no habían tenido una oportunidad tan clara de protestar por conformismo, miedo o represión.
Al mismo tiempo, los líderes y dirigentes medios de los partidos políticos democráticos se movilizaban a través de la Junta Patriótica, organismo formado el año anterior con la misión de concertar acciones entre dichos partidos en favor de incentivar la lucha popular y la agitación política en contra del gobierno. El momento cumbre de estas acciones es la realización de la huelga general del 21 de enero, donde convergen la actuación de los partidos, la Junta Patriótica, los estudiantes y sectores empresariales y culturales, junto con las masas populares, tomando la revuelta un cariz enteramente unitario y prestándole a los oficiales alzados un apoyo definitivo.
En la madrugada del 23 de enero, Pérez Jiménez se ve derrotado y deja el Palacio de Miradores rumbo a La Carlota, el aeropuerto situado en plena ciudad de Caracas, para tomar el avión que lo conduce a la República Dominicana. Al conocerse la noticia del derrocamiento, el pueblo se lanzó a la calle, saqueando casas de adeptos al régimen; atacando la sede de la policía política (Seguridad Nacional), se produjeron linchamientos de funcionarios. Asimismo destruyeron la sede y los equipos del periódico oficialista El Heraldo.
Miraflores, sede del poder nacional, se convierte en pocas horas en el sitio de reunión de los sublevados y de innumerables dirigentes políticos y personalidades que proceden a nombrar una Junta de Gobierno provisional que reemplace el régimen derrocado.
La Junta la constituyen nombró al contralmirante Wolfgang Larrazábal, como presidente provisional, y los coroneles Carlos Luis Araque, Pedro José Quevedo, Roberto Casanova y Abel Romero Villate, pero aún en el transcurso de ese 23 de enero, ciudadanos protestan por la presencia en la Junta de Casanova y Romero Villate, quienes habían actuado al lado del gobierno depuesto en los sucesos del 1 de enero.
Estos son obligados a renunciar y el día 24 son reemplazados por los empresarios Eugenio Mendoza y Blas Lamberti, designándose también un gabinete provisional compuesto por juristas, empresarios y ejecutivos, reservándose a un militar, el coronel Jesús María Castro León, el Ministerio de la Defensa. La Junta de Gobierno convoca a elecciones para diciembre de ese mismo año.
Presos políticos fueron liberados en todo el país, se amplía la Junta Patriótica con representantes de sectores independientes, ratificándose en la presidencia de la misma al periodista Fabricio Ojeda. Abieron el proceso de castigo a los personeros del gobierno perezjimenista y regresan los exiliados.