La restauración, que se extendió por más de tres meses, transformó el templo en un espacio que fusiona la historia con la modernidad. El alcalde Wilson Coy, destacó la dedicación del equipo de trabajo, que logró una renovación integral del recinto.
La intervención abarcó desde la sustitución del techo y la restauración del campanario, hasta la modernización del sistema de iluminación y sonido. Se renovaron los pisos, se instalaron nuevas escaleras y rampas de acceso, y se restauraron los nichos y el altar, respetando la arquitectura colonial.
Monseñor elogió la calidad de los trabajos y resaltó el valor del templo como un lugar de encuentro con Dios. "Es la casa de Dios y puerta del cielo", afirmó el obispo, y designó al párroco Franciscano Castro como rector del santuario.