Influencers no pueden entrar a una cafetería de New York
Sus dueños prohíben el uso de ordenadores para que los clientes puedan poner los cinco sentidos en disfrutar del menú
Revista del Domingo.- En Dae, una cafetería y tienda de diseño que abrió sus puertas este verano en Brooklyn, el barrio más moderno y en tendencia de Nueva York, todo es 'instagrameable'. Si pides una tostada te servirán un delicioso pan de leche coronado por un poco de mantequilla y mermelada dispuestos en forma de tablero de ajedrez. Si prefieres un helado, lo recibirás en copa de plata. Y, si te quedas prendado de una de sus mesas de madera y diseño minimalista mientras degustas uno de sus platos coreanos, también te la puedes llevar a casa. Tal es el encanto del lugar y la delicadeza con la que se sirve la comida, que sus dueños (dos antiguos empleados de Opening Ceremony, uno de los templos de la moda neoyorquina que cerró sus puertas en 2020) incluso
prohíben el uso de ordenadores para que los clientes puedan poner los cinco sentidos en disfrutar del menú. Esta, sin embargo, no es la única prohibición que ha establecido la cafetería.
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Después de que cuentas como @chewyorkcity lo calificaran como "el lugar más estético y delicioso de Brooklyn", los influencers invadieron la cafetería convirtiéndola en escenario de sus publicaciones. Móviles, trípodes y aros de luz campaban a sus anchas en el lugar acabando con la calma que reinaba en Dae, pero sus dueños han decidido poner fin a la invasión. Su decisión es tan drástica que no se pueden disparar fotos en toda la cafetería-tienda (a excepción del típico selfie rápido con el que se suele inmortalizar una quedada entre amigos y que siempre se debe realizar sin levantarse de la mesa). "Nos encantan las fotos de comida y bebida... pero las sesiones para TikTok e Instagram se nos han ido de las manos", explicaban sus dueños en sus redes sociales anunciando la prohibición.
"La gente entraba y literalmente hacía sesiones de fotos; solo tomaban una bebida y se quedaban dos horas haciendo fotos", ha explicado a Curbed Carol Song, copropietaria de la tienda. Algunos ni siquiera se molestaban en disimular pidiendo un café y preferían inmortalizar aquello que consumían en la mesa de al lado.
Mientras que cada vez son más los restaurantes y cafeterías que basan su decoración –incluso su menú– en llamar la atención de las redes sociales, Dae apuesta por hacer justamente lo contrario. "No quería que nos convirtiéramos en un lugar donde la gente simplemente entra y sale porque está de moda", apunta Song. Quizá la estrategia, lejos de hacerle perder clientela, logre el efecto contrario. ¿A quién no le apetece tomarse una tostada con estampado de ajedrez en el café más bonito de Nueva York disfrutando de un estético ambiente de calma, tranquilidad y desconexión digital?