La noticia de su muerte se anunció a través de su cuenta personal verificada de Instagram sin más detalles que su fecha de nacimiento y la fecha de hoy, día en el que Iris Apfel se consagró como una de las personalidades de la moda que parte de este mundo para trascender como una leyenda, en agosto pasado celebró 102 años de vida.
Su estilo único no nos permite encasillarla en una corriente estética de la moda, aunque en reiteradas ocasiones ella misma aclaró no pertenecer a tendencias sobrias como el minimalismo, siempre ecléctica y colorida marcó distancia de la regla casi irrompible de la moda que reza que menos es más, prueba de ello son las icónicas y representativas gafas de pasta gruesa que enmarcaron su mirada y visión única más de cien años, mismas que la llevaron a ser la diseñadora preferida de la élite estadounidense, incluso, como interiorista de la Casa Blanca durante nueve administraciones: trabajó con los ex presidentes Truman, Eisenhower, Nixon, Kennedy, Johnson, Carter, Reagan y Clinton.
Junto a su esposo, Carl Apfel, la diva, creadora y musa edificó un imperio de la moda a través de la compañía de diseño textil Old World Weavers (o Tejedores del Viejo Mundo) donde se fabricaban los textiles más exclusivos y excéntricos que se colocaron como un clásico de la moda sin reglas ni limitaciones.
Dichos textiles diseñados y producidos a mano por el matrimonio Apfel no tuvieron nunca la intención de ser hechos masivamente, y es que, contrario a lo que su imagen proyecta, a Iris Apfel nunca le gustaron las excentricidades, de hecho, cuando le gustaba una prenda simplemente la adquiría sin medírsela, si esta no era de su talla fácilmente podría convertirla en almohadas o algún otro accesorio para decorar su mansión.
LEGADO
El legado que deja Iris Barrel Apfel con su muerte es ni más menos que una corriente estética que no tiene nombre, pero sí tiene millones de seguidoras en todo el planeta: sigue tu propio estilo, no te limites nunca con prejuicios sobre las texturas, colores y diseños y no obstaculices a tu guardarropa esperando una ocasión especial para llevar una prenda o accesorio que quieres usar, siempre es un buen momento para ser tú misma