Revista del Domingo.- Un estudio exhaustivo que abarcó 33 ensayos clínicos aleatorios han revelado que la práctica del yoga tiene efectos positivos en la movilidad y fortaleza física de las personas mayores que llevan una vida sedentaria. Publicado en la reconocida “Annals of Internal Medicine”, el análisis indica que, aunque el yoga no mostró superioridad sobre otras actividades como el ejercicio general o el tai chi en cuanto a la reducción de la fragilidad, sí mejoró aspectos clave como la velocidad al caminar y la fuerza en las piernas.

La fragilidad es una condición que afecta hasta a la mitad de los individuos mayores de 80 años y representa un desafío significativo para la salud pública y la medicina clínica. El yoga emerge como una herramienta potencial para la prevención y manejo de esta condición, ya que se ha demostrado que beneficia el equilibrio y la movilidad en este grupo etario.

El equipo de investigación del Brigham and Women's Hospital y de la Harvard Medical School en Estados Unidos examinó los datos de 2.384 participantes de 65 años en adelante. Su objetivo era evaluar la eficacia del yoga en la mitigación de la fragilidad en los adultos mayores, tomando en cuenta indicadores como la velocidad de la marcha, la fuerza de agarre, el equilibrio y la resistencia de las extremidades inferiores.

Los hallazgos sugieren que el yoga, en comparación con la inactividad o la educación sobre salud solamente, proporciona beneficios moderados en la mejora de la marcha y el fortalecimiento de las extremidades inferiores. Aunque no se identificó un estilo de yoga particularmente superior, los estilos basados en Iyengar, que permiten la personalización y la práctica en el hogar, podrían ser recomendables para los adultos mayores.

Estos descubrimientos se suman a la evidencia científica que respalda el papel del yoga en promover un envejecimiento saludable y en la prevención de la fragilidad, ofreciendo una opción valiosa para aquellos que buscan mantener su bienestar físico en la vejez.