Bodegas Pomar, un oasis donde la cultura, la música y el vino se encuentran
Es una empresa que ha hecho historia al ser la primera y única bodega de vinos en el país y que, hoy por hoy, apuesta por resaltar todo lo maravilloso que tiene para ofrecer al mundo entero
Revista del Domingo.- Es impresionante cómo en cada rincón de Venezuela abundan tradiciones, costumbres y movimientos que hacen que nuestro pecho se infle de orgullo al ver no solo lo que hacen, sino también con el amor, pasión y arraigo con el que dan cada paso.
Un gran ejemplo de ello es Carora, una pequeña población del estado Lara que, con solo llegar, sientes que has hecho un viaje en el tiempo. Con sus casitas coloniales, sus calles de piedra y su gente cálida y amable, logra ganarse un espacio en tu corazón en solo segundos.
Pero hablar de Carora también es hablar de Bodegas Pomar, una empresa que ha hecho historia al ser la primera y única bodega de vinos en el país y que, hoy por hoy, apuesta por resaltar todo lo maravilloso que tiene para ofrecer al mundo entero.
Vendimia 2024
Desde 1990, dos veces al año, Pomar abre las puertas de sus viñedos para mostrar a los venezolanos eso que tanto los enorgullece, el proceso de creación de vinos. Durante dos días intensos, pero emocionantes, sus visitantes aprenderán desde cómo es el cuidado de la uva, hasta el momento del descorche de la botella.
Foto: Eder Peroza
Recorrido por la bodega
El primer día inicia con un recorrido guiado por la planta de producción junto a los enólogos de Pomar, donde se explica detalladamente cómo es el proceso de creación de cada tipo de vino y qué cuidados se deben tener, dependiendo de la variedad que se quiera crear.
Luego de eso, se realiza una cata de vino única donde, en penumbra y rodeados de barricas, los visitantes podrán llevar al máximo sus sentidos para poder descifrar las notas de cada uno de los licores presentados.
Para finalizar el primer día, se degustó una cena a cinco tiempos creada por la chef Sonia Semidey, con productos y platillos representativos de Carora, además, ambientada con música tradicional donde los protagonistas fueron temas como “El espanto” y “Los dos gavilanes”, interpretados por la agrupación Vajacreé.
Foto: Eder Peroza
Viñedos de Altagracia
El segundo día inicia en los contrastantes viñedos de Pomar, que, a la vista de muchos, simulan un oasis en medio de la vegetación árida, característica de la zona. Al llegar, el verde y los colores de las flores llamarán de inmediato la atención y, tras un desayuno sustancioso, iniciará una de las mejores partes del viaje, el recorrido por el viñedo.
Altagracia cuenta con más de 60 hectáreas donde se cultivan 7 variedades de uva, tres tintas (Tempranillo, Petit Verdot y Syrah) y cuatro blancas (Moscato Bianco, Malvoisie, Macabeo y Chenin Blanc).
Durante el recorrido, Roberto Mendoza, jefe de viñedos, cuenta cómo nació esta idea de viña en el trópico, cómo es su sistema de riego y la ordenanza con la que trabaja todo el equipo para poder brindar a los venezolanos vino con personalidad y alta calidad.
Tras caminar entre ellos y probar cada una de las variedades de uvas, se realiza el tradicional ritual de pisado, donde cada persona ríe y baila al ritmo de los “Golperos de Don Pío Alvarado”.
La vendimia de Bodegas Pomar es una experiencia que toda persona debería vivir, por lo menos, una vez en la vida; en ella hay inmersas una gran cantidad de vivencias, emociones y tradiciones que te hacen dar cuenta de lo afortunados que somos de haber nacido en esta tierra de gracia, donde la amabilidad de nuestro gentilicio y nuestro valor histórico es incomparable.
Este evento busca, más allá de presentar su portafolio de vinos, enaltecer la cultura nacional y resaltar que dentro de Venezuela se pueden lograr grandes cosas, que su gente, por su misma esencia, es capaz de alcanzar cualquier meta que se proponga.
Foto: Eder Peroza