Es un “tónico facial” tradicional desde hace siglos. Es rica en vitamina B3 que ayuda a aclarar las manchas de la piel, igualar el tono y aportar un aspecto más radiante y luminoso. Además, también es rica en vitamina E, que protege de los radicales libres y del envejecimiento, hidrata y es anti-inflamatorias. Se afirma incluso que el agua de arroz es capaz de refinar y minimizar la apariencia de los poros e iluminar el rostro, propiedades que han causado un gran revuelo en las redes sociales.

 
¿Cómo podemos preparar agua de arroz en casa?

En primer lugar, tienes que tener un recipiente para poner agua suficiente para que el arroz se sumerja completamente. Deja el arroz en remojo de 15 a 30 minutos, sin hervir o cocinar, y listo. También puedes, preservar el agua de arroz – que siempre botas- cuando lo lavas antes de cocinarlo.

 
¿Cómo aplicar el agua de arroz sobre la piel?

 
Guárdalo en una botellita y aplícalo con un algodón, como si estuvieses utilizando un tónico facial. Incluso pasados unos días, cuando el olor del líquido empiece a volverse más ácido, significa que está empezando a fermentar y que puede seguir utilizándose.

 
¿Qué resultados podemos obtener con el uso continuado del agua de arroz?

 
Lo primero que vas a apreciar es anti-inflamación que beneficiaría sobre todo a las pieles con acné o las que sufren de rosácea, que requieren de unos cuidados y una limpieza facial más exhaustiva. También suaviza y mitifica la piel de forma instantánea, algo muy útil para las pieles grasas, ya que acaba con los brillos pero sin resecar. Pero en realidad sería provechosa para cualquier tipo de piel, ya que al agua de arroz se le suponen propiedades hidratantes, antioxidantes y curativas que ayudan a mejorar la circulación, previniendo la aparición de los primeros signos de edad, mejorando la apariencia de las arrugas ya presentes y reduciendo la inflamación. Cabe resaltar que, el agua de arroz también puede utilizarse para aclarar el pelo y conseguir así una melena más brillante y fuerte.