Cómo practicar yoga mejora tu salud mental, según la BBC
Especialistas aseguran que el yoga ayuda a personas que sufren de estrés postraumático a superarlo.
Revista del Domingo.- El yoga es una práctica física, mental y espiritual que se originó en la India hace miles de años, y que hoy es practicada por millones de personas en el mundo. Un conjunto de investigaciones recientes revelan que es una disciplina que ayuda no solo a la salud física, sino también a la mental.
Bueno para el cuerpo
Existen muchos tipos diferentes de yoga, desde el yin yoga meditativo hasta el vinyasa fluido, a través del uso del movimiento, la meditación y los ejercicios de respiración, todas las formas se centran en una conexión mente-cuerpo. Cada vez hay más pruebas de que el yoga no sólo tiene beneficios físicos, sino que también puede ser bueno para la mente.
Algunos investigadores incluso esperan que pueda ser una forma prometedora de ayudar a las personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT) a lidiar con sus síntomas.
Sin duda, la investigación sobre los beneficios físicos del yoga es extensa. Lo primero que debe saber cualquier persona que no haya probado el yoga es que puede ser sorprendentemente extenuante.
Mejora la fuerza, la flexibilidad y la aptitud cardiorrespiratoria. Los estudios han demostrado que el yoga puede mejorar la resistencia y la agilidad.
Una creciente investigación demuestra que el yoga puede ser beneficioso para una amplia gama de problemas de salud.
En los pacientes con epilepsia, por ejemplo, se ha visto que su práctica reduce significativamente el número de convulsiones o, incluso, las previene por completo.
El yoga se ha utilizado como una herramienta para ayudar a controlar la diabetes tipo 2, reducir el dolor crónico y ayudar en la rehabilitación de accidentes cerebrovasculares.
También se ha demostrado que es más eficaz que la fisioterapia para mejorar la calidad de vida de las personas con esclerosis múltiple y un ensayo incluso sugiere que podría ser beneficioso para los supervivientes de cáncer.
También puede prevenir lesiones (aunque puede ser una causa de lesiones si no se realiza correctamente) y ayudar a mejorar el rendimiento en otros deportes, con defensores que incluyen futbolistas de clase mundial y jugadores de baloncesto.
Efectos sobre el cerebro
También puede ayudar a vivir una vida sana durante más tiempo, asegura Claudia Metzler-Baddeley, neurocientífica cognitiva del Centro de Investigación de Imágenes del Cerebro de la Universidad de Cardiff (Cubric) en Reino Unido. Pero también se ha descubierto que el yoga cambia la composición del cerebro.
Los estudios muestran que su práctica tiene un impacto positivo tanto en la estructura como en la función de partes del cerebro, como el hipocampo, la amígdala, la corteza prefrontal, la corteza cingulada y las redes cerebrales, incluida la red neuronal por defecto, parte del cerebro involucrada en la introspección y el pensamiento autodirigido.
Algunos investigadores aseguran que esto podría significar que tiene potencial para mitigar los deterioros neurodegenerativos y relacionados con la edad.
La investigación de Metzler-Baddeley se centra en los mecanismos cognitivos y neuronales del envejecimiento y la neurodegeneración.
"Creemos que la inflamación acelera el envejecimiento, que puede ser causado por el estrés crónico", afirma.
"Las hormonas del estrés, como el cortisol, provocan inflamación, que puede provocar un aumento de la presión arterial. Estos son, por supuesto, factores de riesgo para un envejecimiento no saludable", agrega.
La meditación y la atención plena, las cuales son parte integral de la práctica del yoga "parecen inducir cambios en las redes cerebrales que son importantes para la metacognición, la metaconciencia y la regulación de las respuestas emocionales al estrés", añade la experta.
"Sabemos del potencial del yoga para mantenernos sanos a medida que envejecemos", afirma.
Un antidepresivo efectivo
Se sabe que todo ejercicio mejora el estado de ánimo al reducir los niveles de hormonas del estrés y aumentar la producción de endorfinas, a menudo denominadas “sustancias químicas del bienestar”. Pero, las posturas combinadas, la respiración y los ejercicios meditativos del yoga pueden tener beneficios adicionales, ya que reducen la ansiedad, el estrés, la depresión y mejoran la salud mental en general.
Los estudios demostraron que el yoga puede mejorar los síntomas a corto plazo de la depresión, por ejemplo. “No quería seguir adelante. La vida era demasiado difícil”, comenta Heather Mason, fundadora de la escuela de formación en terapia de yoga The Minded Institute. “El yoga transformó mi vida: me ayudó a controlar la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático”, asegura.
Después de experimentar los profundos efectos del yoga, Mason se formó en esta práctica, así como en psicoterapia y neurociencia, antes de fundar su escuela en 2009. “Sentí que se hacían muchas afirmaciones (sobre el yoga) que no tenían ninguna evidencia fundamentada. Y cuando estuviste desesperanzado durante la mayor parte de tu vida, no querés que te vendan algo que podría funcionar”, dice.
Mason, ahora capacita a profesionales de la salud y del yoga. “Me di cuenta de que había un problema de accesibilidad”, dice. “(El yoga) se comercializa para mujeres jóvenes, blancas y delgadas. Si no te ves reflejada en esta práctica, es posible que pienses que no es para ti”, agrega.
También puede ser caro, precisa, “es por eso que estoy tan decidida a integrarlo en el NHS (el Sistema Nacional de Salud de Reino Unido)”. Además, las personas con problemas de salud mental a menudo pueden tener dificultades para dedicarse al autocuidado, explica. “Tienen que estar motivados para hacerlo. Pensé que si lo incorporamos al paradigma médico, todo eso cambiaría”, dice.
Ejercer con cuidado
La terapia de yoga, dice, es distinta de otras formas de yoga: no todos los tipos de yoga son buenos para quienes sufren TEPT.
Una revisión reciente encontró evidencia de que tipos de yoga como el kundalini, el satyananda y el hot yoga, que se practica en un ambiente calentado, podrían ser más útiles como intervención.
Además, la mayoría de los profesores de yoga, dice Bilski, no están preparados para lidiar con el trauma.
"Necesitas un profesor con conocimientos sobre traumas", alerta. "Hay muchos profesores de yoga que podrían impartir clases que terminen disparando una reacción negativa en las personas (con trauma)", dice.
Indica que si tu cuerpo no se siente como un lugar seguro, pero una clase de yoga te aporta un alto nivel de conciencia sobre el mismo, "entonces puedes terminar sintiéndote afectado".
"Los terapeutas de yoga reciben mucha más formación (que los profesores de yoga habituales)", dice Bilski.
Según los expertos, ofrecer a las personas los medios para controlar sus síntomas indica que el yoga tiene un "papel importante que desempeñar en el campo de la recuperación del trauma".