En este caso, un documento del Ministerio de Sanidad de España recomienda enjuagarse la boca solo con agua, sin ningún otro producto, y no cepillarse los dientes ni antes ni después del sexo oral, para evitar las pequeñas heridas que podrían producirse en el interior de la boca.
Sin embargo, otros expertos desestiman este consejo y priorizan la higiene bucal que proporciona el cepillado. Recomiendan, en todo caso, que eviten el sexo oral quienes tengan abrasiones o sangrados en la boca.
Enfermedades de transmisión sexual, también por la boca
Más allá del VIH, hay otros riesgos concretos. La gonorrea-también conocida como blenorragia- es otra enfermedad venérea frecuente y que también se transmite durante las relaciones sexuales orales (así como durante las vaginales y anales).
Es la causa más común en España de que el semen sea de un color verdoso e incluso de que tenga mal olor. Pero además el año pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un comunicado en el queadvertía de un aumento de los casos y de la resistencia de esta enfermedad a nivel mundial. Y el sexo oral podría estar detrás de ese agravamiento.
¿Por qué? Pues porque el sexo oral podría hacer que la bacteria causante de la gonorrea, llamada Neisseria gonorrhoeae, llegue a la garganta, que es una de las partes del cuerpo donde en general se aloja (además de los genitales y el recto). Pero solo provoca síntomas en la mitad de los casos.
Si esa persona luego toma antibióticos debido a cualquier infección común, contribuye a que la bacteria se haga más resistente, ya que “es especialmente lista”, según explicó Teodora Wi, miembro del departamento de Reproducción Humana de la OMS. “Cada vez que utilizamos una nueva clase de antibióticos para tratar la infección -añadió la especialista-, evoluciona y se vuelve resistente a ellos”.
Virus del papiloma humano, el riesgo mayor
Sin embargo -y más allá de otras enfermedades que se pueden contagiar a través del sexo oral, como el herpes, la sífilis y la clamidia- el riesgo mayor viene dado por el virus del papiloma humano (VPH).
Un riesgo que el actor Michael Douglas puso en la primera plana de los medios en 2013, cuando declaró que el cáncer de garganta que padecía en ese momento y que luego superó había sido causado por la práctica del sexo oral.
Si bien aquellas declaraciones generaron cierta polémica, en la ciencia hay cada vez más consenso acerca de que ese riesgo es real. Un estudio (publicado por la revista especializada Annals of Oncology apunta que el sexo oral es responsable de la mayoría de las infecciones orales asociadas con el VPH, las cuales constituyen el principal factor de riesgo del incremento en la prevalencia de los tumores de orofaringe en algunas partes del mundo.
El trabajo -realizado por expertos del Instituto Catalán de Oncología y la Universidad de Barcelona- analizó los casos de más de 13.000 hombres y mujeres de entre 20 y 69 años.
El riesgo de padecer algún tipo de cáncer de garganta relacionado con el VPH era mayor en los hombres que en las mujeres, y aumentaba cuanto mayor era la cantidad de parejas sexuales que habían tenido en su vida.
“Ya es un hecho reflejado en la bibliografía la presencia del VPH con más frecuencia en pacientes afectos de cáncer oral y que han tenido numerosas parejas sexuales que incluyen el sexo oral entre sus prácticas habituales”, señalaba un artículo de 2012 publicado en la revista del Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España. El documento aclara, no obstante, que “la transmisión boca-boca a través de la saliva podría ser posible y no debería ser excluida”.
Hay un riesgo más, en una situación muy puntual. Si una persona practica sexo oral a una mujer embarazada, debe tener mucho cuidado de no soplar en la vagina.
No es algo habitual, pero si sucede, aunque sea de forma involuntaria, el aire que ingrese por ese conducto podría ocasionar una embolia, un problema de importantes consecuencias tanto para la madre como para el bebé en gestación.
Por lo demás, los expertos recomiendan, para evitar riesgos durante el sexo oral, el uso de condón en los hombres y de una barrera bucal, como parches de látex, en las mujeres.
Y recordar que no solo el semen y la sangre son vías de transmisión de enfermedades venéreas, sino también el líquido preseminal y los flujos vaginales.