Salud
¿Qué es la quemosis conjuntival y cómo afecta a los ojos?
Esta patología es conocida como la inflamación de la membrana mucosa que recubre el globo ocular
28 de agosto de 2023
Salud.- La quemosis conjuntival es un signo de irritación ocular. Se trata de un proceso inflamatorio, de curso benigno, que afecta a la conjuntiva, una membrana casi transparente que supone la superficie más externa del globo ocular. Esta recubre tanto la esclera (parte blanca del ojo) como el interior de los párpados.

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En la mayoría de los casos, esta condición está relacionada con reacciones alérgicas o infecciones oculares. No obstante, hay otras posibles causas. El inconveniente es que si no se trata de forma adecuada, puede agravarse y alterar la visión o la capacidad para cerrar el ojo. ¿Cómo reconocerla? ¿Cuál es su tratamiento?

Esta patología es conocida como la inflamación de la membrana mucosa que recubre el globo ocular. De acuerdo con una publicación del sistema de salud Mount Sinai, su aparición está relacionada con alergias, infecciones, lesiones o la complicación de una cirugía ocular.

Debido a esto, no es como tal una enfermedad, sino que es un síntoma. Se puede presentar de manera unilateral o bilateral. Además, no es contagiosa y puede ocurrir en personas de todas las edades y de cualquier sexo.

La quemosis suele limitarse al pliegue del ojo. El problema es que, en muchos casos, el proceso inflamatorio alcanza la córnea. Esta última es una de las lentes que permite enfocar de forma adecuada los rayos de luz en el ojo.

Al resultar afectada, la visión queda perjudicada. Por otra parte, esta condición se puede volver recurrente y crónica, en especial cuando se vincula a procesos alérgicos. De ahí la importancia de darle un tratamiento adecuado.

¿Cuáles son sus síntomas?

Una publicación a través de Vision Center explica que la quemosis provoca la acumulación de líquido en los párpados y en la membrana que recubre los ojos. A raíz de esto, se experimentan otros síntomas como el dolor y la comezón, que suelen aumentar al abrir y cerrar los ojos. Otras manifestaciones clínicas son las siguientes:

  • Ojos llorosos.
  • Lagrimeo excesivo.
  • Enrojecimiento e irritación de los ojos.
  • Diplopía (visión doble).
  • Visión borrosa.
  • Sensación de cuerpo extraño.
  • Si la inflamación se agrava, puede acumularse tanto líquido que el ojo se asemeja a una ampolla. Hay quienes se sienten incapaz de cerrar de forma completa el párpado y, una vez avanza a la córnea, disminuye la agudeza visual.

Causas de la quemosis conjuntival

La quemosis conjuntival no es una enfermedad como tal. Es una reacción inflamatoria que puede aparecer por numerosos motivos. Sus causas más frecuentes son las siguientes:

Lesiones oculares. Estas suelen tener su origen en el contacto con agentes agresivos, como productos químicos, partículas de polvo, entre otras sustancias. También por frotarse de forma agresiva los ojos.
Procesos infecciosos. Por ejemplo, la conjuntivitis, que está causada por virus o bacterias.
Reacciones alérgicas.
Angioedemas. Es la tumefacción (formación de un edema) bajo la piel, las mucosas y el tejido submucoso.
Enfermedad de Graves.
Problemas de tiroides, como el hipertiroidismo.

¿Cómo se diagnostica?

Para poder diagnosticar la quemosis conjuntival, es fundamental que el médico realice una exploración física adecuada. Además, debe conocer cuándo ha empezado el cuadro, qué otros síntomas han aparecido, si ha habido algún factor desencadenante, etcétera.

Lo ideal es que sea el oftalmólogo el que realice la exploración. A simple vista, se puede apreciar el enrojecimiento de la esclerótica o de la parte interna de los párpados. Además, el lagrimeo y la hinchazón del saco conjuntival son signos muy característicos.

Tratamientos para la quemosis conjuntival

El tratamiento de la quemosis conjuntival va a depender de cuál sea la causa. Por eso, es fundamental realizar un diagnóstico correcto. De lo contrario, es posible que el cuadro se agrave y se afecte la visión, o que se repita y se haga crónico.

En la mayoría de casos, es suficiente con un adecuado tratamiento médico. Cuando la causa es una infección bacteriana, como la conjuntivitis bacteriana, se suelen recetar colirios antibióticos. Si esta es de origen viral, se emplean otros tipos de colirios.

En todos los casos se recomienda aplicar compresas frías sobre el ojo. Cuando se debe a una reacción alérgica, es posible el uso de medicamentos antihistamínicos. Son fármacos que en muchos casos se pueden adquirir sin receta y que reducen la reacción del cuerpo al alérgeno en cuestión.
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VÍA NT
FUENTE Mejor con Salud