La plantación de árboles podría no ser suficiente para enfrentar el cambio climático
Un nuevo documento del King´s College del Reino Unido alertó sobre los índices reales de recuperación de dióxido de carbono
Salud.- La actividad humana está ejerciendo una enorme presión sobre el sistema territorial. El aumento de la demanda de productos agrícolas ha llevado a la rápida y generalizada expansión de las tierras agrícolas, así como la intensificación en la producción de alimentos y fibras.
Las soluciones climáticas basadas en la naturaleza, como plantar árboles, no serán una parte tan importante de la solución mundial al cambio climático como planean actualmente los gobiernos, y depender de ellas es “arriesgado”, según un informe como parte del King’s College de Londres, que fue publicado en la revista One Earth.
Actualmente, muchos países confían en poder eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera en el futuro como una forma de retrasar o evitar recortes significativos de emisiones.
La reforestación es una de esas formas de eliminación de dióxido de carbono basada en la tierra, a veces llamada “compensación” o “CDR”, donde se utilizan prácticas tecnológicas o ecológicas para capturar dióxido de carbono de la atmósfera y encerrarlo, eliminando así su contribución al calentamiento global.
Sin embargo, como muestra el informe, si bien se ha hablado mucho del potencial técnico y económico de la CDR, el IPCC ha prestado poca consideración a la viabilidad de tales planes.
Los autores dicen que quienes defienden el CDR han pasado por alto varios factores sociales, culturales, ambientales e institucionales. Parte del problema son las proyecciones optimistas que informan las evaluaciones del IPCC que luego alimentan las políticas gubernamentales.
Por ejemplo, si se suman todas las promesas hechas en todo el mundo para utilizar técnicas de eliminación de dióxido de carbono basadas en la tierra, se necesitarán alrededor de mil millones de hectáreas, esto equivale a la superficie total de tierras de cultivo del planeta, 1.500 millones de hectáreas.
El cambio de uso de la tierra a esta escala pasa por alto el hecho de que ahora habitamos en un planeta usado: hay poca tierra que pueda usarse para CDR sin tomar algunas decisiones difíciles.
Las complejas decisiones incluyen la conversión de enormes extensiones de tierra a bosques, lejos de sus usos actuales, como tal vez la cría de ganado o la producción de cultivos, con grandes implicaciones para la seguridad y el desarrollo sostenible.
Además, las tierras agrícolas del mundo están divididas en 600 millones de granjas, la mayoría de ellas de menos de 1 hectárea, y muchas de ellas con propiedad insegura o en disputa, lo que hace que la coordinación de la implementación de los CDR a gran escala sea extremadamente desafiante.