Los resultados revelaron la presencia de 12 tipos de microplásticos en los testículos humanos y caninos, al tiempo que mostraron que los niveles de concentración en las muestras humanas fueron casi tres veces superiores a los hallados en las muestras de perros, con 330 microgramos por gramo frente a 123 microgramos por gramo.
El polietileno fue el microplástico más común entre los encontrados, seguido del cloruro de polivinilo (PVC), que, según dijo a The Guradian Xiaozhong Yu, uno de los autores del estudio, es capaz de liberar "una gran cantidad de sustancias químicas que interfieren con la espermatogénesis y contiene sustancias químicas que causan alteraciones endocrinas".
Asimismo, las pruebas en los perros revelaron que las muestras con mayores niveles de PVC mostraban un recuento bajo de espermatozoides, aunque los científicos indican que se necesita profundizar en la investigación para establecer que son precisamente los microplásticos, los que provocan esta disminución.