Al cabo de un tiempo, examinaron las muestras de tejidos de distintos órganos de los roedores y detectaron una acumulación de células senescentes en el corazón y los riñones entre los ejemplares que habían llevado una dieta keto. Sin embargo, después de una pausa en la dieta, el nivel de esas células volvió a la normalidad.
A continuación, analizaron los efectos de una dieta intermitente, administrando a los ratones comida alta en grasas durante 4 días y una dieta equilibrada durante la siguiente semana. Los investigadores repitieron este ciclo dos veces más y descubrieron que las células senescentes no se acumularon en sus órganos.
Si bien las pruebas no implicaron a humanos, los científicos señalan que puede tomarse nota de los resultados del estudio. "No estamos diciendo que la dieta sea mala", pero "es probable que se necesite tomar una pausa [en la dieta", indicó David Gius, uno de los autores de la investigación.