Durante las tres décadas, se documentaron 2.544 casos de cáncer colorrectal. La incidencia de esta enfermedad fue de 1,98 % entre los participantes que tomaban aspirina de forma regular, frente al 2,95 % entre los que no lo hacían. El uso regular de aspirina se definió como 2 o más pastillas estándar de 325 miligramos por semana.
Los participantes con un estilo de vida menos saludable, es decir, aquellos que mostraban un mayor índice de masa corporal, fumaban, consumían más alcohol, realizaban menos actividad física y/o tenían una mala alimentación, obtuvieron un beneficio más pronunciado del consumo de aspirinas aun cuando ya portaban un riesgo más elevado de padecer cáncer que los pacientes con un estilo de vida más saludable.
En total, la reducción del riesgo absoluto asociada al consumo de aspirina fue del 1,28 % entre los participantes que tenían un estilo de vida menos saludable, disminuyendo progresivamente hasta 0,11 % para los participantes con estilos de vida más saludables.