Muchas veces la elección y el mantenimiento de la almohada son fundamentales para un descanso gratificante y reparador.
El Dr. Santiago Rojas, experto en descanso de Americana de Colchones, revela cómo una almohada desgastada puede afectar la salud.
Las almohadas, que generalmente tienen una vida útil de entre uno y dos años, deben ser reemplazadas al finalizar este período para asegurar un soporte óptimo durante el sueño. Una manera sencilla de verificar si una almohada ha llegado al final de su vida útil es doblarla y observar si regresa a su forma original. Si no lo hace, es una señal clara de que es momento de renovarla.
Una almohada en mal estado puede alterar la postura durante el sueño, provocando dolores de cuello y problemas articulares que afectan la calidad del sueño y la regeneración de tejidos.
Finalmente las almohadas viejas pueden convertirse en un foco de acumulación de ácaros y secreciones, agravando problemas de alergias, provocando irritaciones en ojos, nariz y garganta.