Muchos trabajadores en todo el mundo pasan sentados entre 8 y 10 horas al día, en detrimento de su espalda, caderas, piernas y corazón. Estar sentado mucho tiempo puede provocar enfermedades como obesidad, debilitamiento muscular, tensión en la columna vertebral, así como la disminución de la circulación sanguínea en todo el cuerpo.
"En realidad, estar sentado envejece más rápido", declaró Katy Bowman, biomecánica y autora del libro 'My Perfect Movement Plan' ('Mi plan de movimiento perfecto'), a The New York Times. "Gran parte de lo que percibes como envejecimiento va a estar muy influenciado por el tiempo que pasas sentado", añade.
Mitigar los efectos del sedentarismo es más fácil de lo que se cree. Las personas que no tienen la posibilidad de moverse mucho en la oficina pueden añadir pequeñas sesiones, repartidas a lo largo del día, asegura, Brian Cleven, fisiólogo de ejercicio clínico. Recomienda hacer algunos ejercicios en el escritorio: 10 a 15 repeticiones de flexiones de cada pie, elevaciones de pantorrilla sentado y marchas en el sitio.
También, se puede ajustar la posición de las piernas, la pelvis y la columna, dice Bowman. "Lee tu correo electrónico con los brazos estirados por encima de la cabeza o girando los hombros a derecha e izquierda", sugiere. O pueden alternar 30 minutos de trabajo de pie y 30 minutos sentado.
Exceso de trabajo y agotamiento
La cultura del exceso de trabajo se ha normalizado cada vez más. Las largas jornadas laborales y la falta de conciliación de la vida laboral y familiar contribuyen al agotamiento, tanto físico como mental. La OMS ha reconocido el agotamiento profesional como un "fenómeno ocupacional", vinculándolo a mayores riesgos de depresión y ansiedad.
Una encuesta realizada por la Organización Gallup en el 2020 reveló que el 76% de los empleados experimentan agotamiento en algún momento de su carrera. La psicoterapeuta y empresaria Joyce Marter, experta en psicología del dinero, aconseja que "dar prioridad a la salud mental y establecer límites en torno al trabajo son los primeros pasos fundamentales". Además, destaca que "cultivar hábitos saludables, como las pausas periódicas, el tiempo libre y las revisiones de salud mental, puede ayudar mucho".
Nutrición inadecuada
Los malos hábitos alimenticios también son otro problema común, ya que los empleados a menudo confían en los alimentos precocinados o golosinas, no se hidratan lo suficiente, y se saltan las comidas en favor de continuar su trabajo. Esto no solo puede provocar un aumento de peso, sino una disminución de los niveles de energía y un deterioro de la función cognitiva.
Según Claudia Angarita, directora del Centro Colombiano de Nutrición, la buena alimentación en el lugar de trabajo no es imposible. "Comer comida rápida para muchos es la solución, sin embargo, este tipo de comidas en exceso repercutirá más adelante en la salud", indicó.
La experta recomienda hacer de tres a cinco comidas al día con un espacio de 4 horas, incluir una fruta o verdura entera en las comidas, sin desperdiciarlas. Señala que las proteínas deben formar parte de la dieta y deben consumirse a diario. Además, insta a incluir bebidas sin azúcar y productos integrales.
Ergonomía deficiente
Otro problema frecuente es la mala ergonomía. Muchos empleados utilizan muebles que no favorecen una postura correcta, lo que provoca dolores de espalda, cuello y hombros.
Según un informe de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU., en el 2017 se produjeron 2,9 lesiones en el lugar de trabajo por cada 100 empleados a tiempo completo, lo que supone unos 3,3 millones a nivel nacional. En conjunto, las lesiones laborales cuestan a la economía estadounidense entre 52.000 y 60.000 millones de dólares al año, es decir, al menos 1.000 millones de dólares por semana.
De acuerdo con un reciente artículo de la revista Forbes, es importante para las empresas crear un entorno de trabajo ideal para mejorar la optimización y el bienestar de los empleados. Entre los elementos clave figuran la iluminación natural, el mobiliario ergonómico y las zonas de relajación e interacción social. El artículo también destaca el papel de la flexibilidad en el diseño del espacio de trabajo, que permite a los empleados elegir los ajustes que mejor se adapten a sus tareas.