A diferencia de los dispositivos tradicionales, este no requiere de cables cardíacos o una "herida o bolsillo" operable debajo de la piel para suministrar una terapia de estimulación al corazón. Esto hace que la posibilidad de complicaciones relacionadas a la colocación de los marcapasos tradicionales disminuya o se anule.
Esta tecnología llegó a Venezuela a inicios de julio de la mano del cardiólogo, egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), casa de estudio donde recibió clase de "los mejores profesores del mundo", según sus propias palabras.
Mendoza Brito, junto a un distinguido equipo de profesionales, integrado por los doctores Heliodoro Rodríguez, Chamia Benchetrit Kadoch y su padre Iván Mendoza Mejía, realizó la primera implantación del marcapasos inalámbrico el 9 de julio, en la Policlínica Metropolitana de Caracas.
Este centro médico se convirtió en el primero del país suramericano en ofrecer a sus pacientes con bradicardia este novedoso cardioversor, que ofrece la tecnología de estimulación más avanzada a una décima parte del tamaño de un marcapasos tradicional.
Por su pequeño tamaño, el marcapasos inalámbrico Micra-AV puede implantarse directamente en el corazón usando un catéter a través de la vena en la pierna. Gracias a que requiere de un procedimiento mínimamente invasivo, tiene menos posibilidades de infección y menos restricciones de actividad física posterior al implante.
"Con su pequeño tamaño y procedimiento menos invasivo, reduce los tiempos de recuperación en comparación con los implantes tradicionales. El hecho de que el marcapasos no requiera una incisión en el pecho para implantar o extraer el dispositivo, hace que se reduzcan las probabilidades de infección, mejorando los resultados clínicos de los pacientes y ayudándolos a llevar una vida más plena", explicaron los doctores, reseñados por el medio venezolano Noticia Al Día.
Este marcapasos miniaturizado posee, además, una característica única que permite que se que apague permanentemente para que pueda permanecer en el cuerpo, permitiendo que se pueda implantar un nuevo dispositivo sin riesgo de interacción eléctrica, en caso de que el paciente requiera de más de un dispositivo cardíaco.
El Micra-AV permite que los médicos puedan seguir al paciente, al enviar datos de forma remota a través de una aplicación móvil, y tiene una durabilidad no menor de 10 años, según las necesidades del enfermo.