Sucesos
Sicarios fueron los responsables de asesinar a un hombre en la Quizanda
Al lugar acudieron funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana y el Cicpc
22 de octubre de 2022
Sucesos.- La mañana de este viernes, Edgar Javier Pino Vásquez llevó a sus tres pequeños al colegio. Cuando los menores de 7, 10 y 12 años de edad despidieron a su papá en la puerta de una escuela privada de Santa Rosa, Valencia, no se imaginaron que sería la última vez que verían con vida a su padre: minutos después el hombre recibiría múltiples disparos en la Av. Michelena de la ciudad, a la altura del elevado La Quizanda.

Pino iba a conduciendo un Toyota Yaris negro, placa AE894FK. De copiloto estaba su suegra, Graciela Ribera, mientras que en el asiento trasero estaba Kenia Marife Roa Ribera, su esposa.

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“Nos interceptaron de frente en un carro. Se bajaron dos hombres y uno de ellos fue el que apuntó a mi yerno y disparó”, comentó la señora al equipo de Notitarde, intentando asimilar todo lo que había pasado.

Los primeros en enterarse del presunto sicariato fueron los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), quienes cerraron el paso en la transitada vía y avisaron a la división de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Los detectives arribaron a la escena a las 8:45 a.m. para levantar el cadáver y trasladarlo a la morgue de la Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera (CHET).

La viuda fue herida de bala
La suegra del fallecido resultó ilesa de los disparos pero Kenia no corrió con la misma suerte: recibió uno de los proyectiles en su brazo derecho y fue enviada a la sala de emergencias de una clínica cercana. “Creo que escuché cuatro tiros. Uno de esos le dio a mi hija y los médicos están intentando estabilizarla”, indicó la madre a las afueras del centro de salud, aún aturdida por el sonido de las detonaciones de la escena sangrienta que jamás pensó presenciar.

Un supuesto asesinato por encargo
Se conoció que Pino era un comerciante residenciado en La Cumaca, municipio San Diego, donde vivía con su esposa y los tres hijos de ese matrimonio. 

Según comentarios de allegados de la familia Pino-Roa, el difunto poseía negocios en La Isabelica, sector a donde se dirigía después de dejar a los niños en el colegio.

Sospechan que el hecho violento se trató de un asesinato por encargo porque Edgar Javier había recibido amenazas de sujetos desconocidos con anterioridad. “Hace seis meses se vino de Colombia. Trabajaba como auditor de un general que mataron y se regresó a Venezuela. Empezó a recibir amenazas de gente que pensaba que guardaba dinero del general, pero él no tenía ese dinero, si más bien estaba planeando vender su casa y su carro por apuros económicos”, reveló uno de los parientes que prefirió no identificarse.

Aunque todo apunta a la teoría del sicariato por la supuesta herencia de un general de la FANB, las autoridades aún no confirman esta versión. Los sabuesos del Cicpc ya iniciaron las investigaciones.
(Francis Gabriela Tineo)
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VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde