Crónica criminal: La tragedia de los bomberitos
La magnitud de la tragedia impactó a toda la colectividad venezolana. El gobierno decretó tres días de duelo
Sucesos.- Fue el 18 de marzo de 1984. La banda de guerra de los Bomberitos de Valencia era una de las agrupaciones mas reputadas en su estilo. Para un niño o un adolescente era un orgullo pertenecer a esa banda que era invitada a los eventos y desfiles más importantes de la ciudad.
Aquel día estaban invitados a la población de Los Naranjos, Vía Central Tacarigua, donde se celebraban las fiestas patronales. Desde muy temprano se dieron cita los muchachos en el antiguo cuartel de la Michelena, construido en tiempos del gobierno de Pérez Jiménez. Con su comandante el Teniente Coronel Luis Felipe Ruiz de allí partieron con sus tambores y trompetas a su destino en un viejo autobús Blue Bird de Transporte Michelena. Para aprovechar un día de esparcimiento, el conductor llevó también a su familia compuesta por su esposa y sus tres hijos.
El viaje iniciaba mal: por tres veces el vehículo se accidentó por tres distintas causas antes de llegar a su fatal destino. Casi cuarenta jóvenes músicos de uniforme azul iban jugando y bromeando, cuando a eso de las nueve y media de la mañana, intempestivamente, en un lugar conocido como “la curva El Cristo”, en el sector llamado Buena Vista, se rompió un muñon de la rueda delantera del colectivo. El conductor perdió el control de la unidad y cayeron al barranco. Gritos y llantos de toda esa gente atrapada entre el amasijo de hierros.
Luego de unos minutos aparece un hombre que entra por una ventana del autobús, pero no es un rescatista, es uno de esos seres viles, sin una pizca de conciencia, una hiena en forma humana que no vacila en aprovecharse de las tragedias. Sin pérdida de tiempo arranca cadenitas de oro de los cuellos de aquellos niños que quien tienen una. Les quita las botas militares a los muertos y heridos y hasta los cinturones y les saca las correas. Luego de unos minutos de su rapiña, huye sin ayudar a nadie. Al rato es que empiezan a llegar bomberos, voluntarios y rescatistas y empieza la ardua tarea de salvar a las víctimas del autobús en el profundo barranco. Entre la enorme cantidad de gente que trabaja para en el rescate están varios hijos del comandante Ruiz, a quien encuentran muerto. Llenos de dolor por la muerte de su padre, los jóvenes continúan con la ardua tarea de rescatar a los otros. Los fallecidos que originalmente se contaban en seis llegan a ser nueve, ya que en el hospital no se puede salvar la vida de varios de los heridos. Total las víctimas fatales son tres adultos (el comandante, el conductor y su esposa) y seis menores.
La magnitud de la tragedia impactó a toda la colectividad venezolana. El gobierno decretó tres días de duelo. Casi todos los bomberitos resultaron heridos, algunos de ellos con secuelas de por vida, lo que no ha impedido que se hayan realizado como seres humanos ejemplares y profesionales exitosos, que con la disciplina y constancia que aprendieron en el seno de sus familias y en la banda de bomberitos los ha convertido en mujeres y hombres ejemplares.