Sucesos
Crónica criminal del pasado: El primer “cangrejo” de Valencia
El padre Carlos Hernández Monagas, miembro de una de las familias más ricas de la ciudad, fue asesinado por la espalda al salir de la casa parroquial
2 de septiembre de 2023
Sucesos.- En el argot policial se define como “cangrejo” aquel caso criminal que a medida que pasa el tiempo, en vez de avanzar en descubrir a los culpables, cada vez se ve más lejana su solución: marcha ara atrás como el cangrejo, dice la conseja popular.

Era el año de 1809. Todavía faltaba un buen rato para la independencia. En la pequeña Valencia había un reconocido sacerdote, el padre Carlos Hernández Monagas, miembro de una de las familias más ricas de la ciudad, propietarios de haciendas en Cojedes y casas en el poblado. Los Hernández Monagas financiaban las obras que tenían que ver con la religión, como el Beaterio de Niñas Educandas y la construcción y reparación de los templos.

Aquel día andaba el presbítero Carlos supervisando unas construcciones en la iglesia de la Candelaria, en aquellos tiempos, era el templo más alejado de la ciudad. Cuando ya oscurecía y a al salir de la casa parroquial alguien lo sorprendió por la espalda y en silencio lo mató de un lanzazo.

Cuando encontraron el cadáver del presbítero todavía su caballo estaba amarrado junto a él. No lo habían despojado de ninguna de sus pertenencias: sus espuelas eran de plata y su hebilla de oro. Sus ropas finísimas estaban intactas. Todo estaba en su lugar.

¿Quién pudo ser el criminal? ¿cuál fue el motivo? Hasta donde sabemos no se descubrió al culpable, pero el arzobispo Narciso Coll y Pratt, por aquellos días sugirió que el crimen pudo estar relacionado con el cargo de comisario de la inquisición que le habían dado a la víctima, pero este era un cargo mas bien simbólico porque la inquisición muy poco funcionaba en Venezuela, y menos en esos tiempos. No hay mayores registros históricos de procesos inquisitoriales en esos tiempos en Venezuela.

En su novela histórica “La Saga de los Malpica” (obra de ficción ambientada en ese tiempo y con algunos personajes que sí existieron) Juan Correa vislumbra que el criminal fue el propietario de un prostíbulo que se enteró de que Hernández Monagas habría pedido a las autoridades el cierre del lenocinio.

Hay otra versión, que la contó la Sra. Margarita Marrero, que cuenta que Hernández Monagas era consejero de una familia valenciana. La niña de la casa participó a Don Carlos sus intenciones matrimoniales con cierto comerciante oriundo del Tinaco. El padre Hernández Monagas, que conocía que el hombre en cuestión era un sujeto de malos procederes le aconsejó a la chica que desistiera de ese noviazgo y la muchacha rompió el compromiso, pero cuando el rechazado pretendiente pidió explicaciones la muchacha le contó sobre el consejo del sacerdote. Fue entonces que el hombre iracundo le “montó cacería” a Hernández y lo mató. Luego se fugó rápidamente a Tinaco sin que nadie lo viera. Cambiando de monturas llegó a su pueblo al amanecer y se fue a trabajar para que todos lo vieran como si nada y tener la coartada perfecta.

Pasaron los años y cierto día el homicida va pasando por un camino y se detiene al ver a un hombre tirado en el suelo. Al bajar de su caballo y revisar se da cuenta de que el hombre ha sido asesinado, pero en ese preciso instante aparecen unos soldados y se lo llevan preso en la presunción de que es el criminal. Ya en prisión, y quizás atormentado por el remordimiento le dijo al juez que él era inocente del crimen del que ahora le estaban acusando, pero eso era un castigo divino porque él había cometido el asesinato de Hernández Monagas años atrás. Esto es una versión que ha corrido de boca en boca, pero no hay elementos históricos que la constaten.

Por Luis Heraclio Medina C.
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VÍA NT
FUENTE Luis Heraclio Medina C.