Crónica criminal del pasado: El primer robo de Naguanagua
No quiere decir que fuera el primer robo, pero si es el primero que tenemos registrado. Es lo que se llama un “robo sacrílego
Venezuela.- Esta semana dejó de existir el cronista de Naguanagua y miembro de la Academia de Historia del Estado Carabobo, don Armando Alcántara Borges. El ilustre académico fue autor de una serie de libros de investigación con los debidos soportes de fuentes primarias o registros de las épocas estudiadas. En una de sus crónicas nos describe el primer robo documentado en Naguanagua. No quiere decir que fuera el primer robo, pero si es el primero que tenemos registrado. Es lo que se llama un “robo sacrílego”. Aquí la historia:
En las iglesias, aparte de los libros que todos conocemos, de nacimientos, matrimonios y defunciones, se llevan otros libros relativos al funcionamiento de la parroquia, uno de ellos es el “Libro de Gobierno”.
En el libro de gobierno de 1865 el entonces cura párroco de la parroquia de Naguanagua ((Nuestra Señora de la Begoña), José Manuel Hernández (no confundir con el militar del mismo nombre de la Revolución Nacionalista) dejó constancia de la siguiente nota:
“El trece en la noche del mes de octubre de 1865 se robaron de la iglesia de esta parroquia las alhajas siguientes: un cáliz, un copón, una patena, unas vinajeras, la custodia, una corona de La Patrona, tres potencias del Niño Jesús, de oro, y de los mismo una cadena, un rosario, un par de brillantes, varias sortijas y cruces, una maceta y cuchara de plata, etc. Y para que conste tan terrible y criminal atentado lo asiento en este libro de gobierno. (fdo.) José Manuel Hernández”
Pasaron los años y ni se descubrió al culpable ni se encontraran las alhajas robadas, pero cincuenta años más tarde era el párroco de Naguanagua fue padre Jhon Schonewolf, oriundo de Bélgica y ocupó ese cargo entre 1912 y 1924 y muy vinculado a los salesianos. Le tocó a Schonewolf colocar en las manos de la Virgen el rosario de oro que medio siglo atrás le habían robado. El párroco estampó la siguiente nota en su libro:
“El 3 de agosto de mil 1915 me fue entregado el rosario de oro de la Virgen robado en la noche del 13 de octubre de 1865. Dicho rosario fue vendido por un sujeto de “Limoncito”, jurisdicción de esta parroquia a la señora Carmen Salazar de Ma…. En treinta pesos sencillos. Dicha señora asegura haberlo comprado al vendedor por haber reconocido el rosario, pues ella lo conocía desde su infancia y recuerda cuando fue robado. El 15 de agosto de este año volvió a reestrenar su rosario la Imagen de Nuestra Señora de ¨Begoña, debida a tan providencial hallazgo.”
“Limoncito” era un caserío, en las inmediaciones de La Entrada.
Aquí, como pocas veces, aplica el refrán de que “lo que es del cura va para la iglesia”.
Sirva esta pequeña nota como un homenaje al querido cronista de Naguanagua, Don Armando Alcántara Borges, QEPD.