Sucesos
Crónica criminal del pasado: 1981: Kojak abre las puertas del infierno
" La banda era conocida como “Los Viajeros” y había operado en Lara, Trujillo, Barinas, Yaracuy y hasta el Bolívar, atracando bancos, joyerías y blindados"
13 de enero de 2024
Sucesos.- En los años 70 y 80 había una serie de tv con el personaje de un teniente de policía totalmente calvo. Era Kojak. Por esos tiempos la gente acostumbró a poner de sobrenombre “Kojak” a cualquier calvo.

En esos días capitaneaba una de las bandas más peligrosas del país Luis Matute Becerra, a quien por su calvicie se conocía como alias Kojak. La banda era conocida como “Los Viajeros” y había operado en Lara, Trujillo, Barinas, Yaracuy y hasta el Bolívar, atracando bancos, joyerías y blindados. Su botín llegó a alcanzar cien millones de bolívares, suma extraordinaria para la época. 

Uno de sus subalternos era el “Mil caras”, conocido por su habilidad para disfrazarse y llamado Francisco Salas Pérez, ex funcionario policial, tan violento como el propio Kojak, no vacilaban en caerse a tiros con policías o vigilantes privados. Llevaban varios homicidios en sus expedientes.

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Pero cada vez la PTJ les hacía más estrecho el cerco. En enero de 1981 se procesa una información de que el grupo se encuentra en Barinas, hospedados en el hotel “Valle Hondo”. Se monta el operativo contra los sujetos, hay un violento enfrentamiento y cae abatido “Mil Caras” pero no se encuentra a los demás.

Tres meses más tarde, en marzo, Kojak con los tres compinches que quedaban vuelven a las andadas. Deciden atracar la sede del Banco Caracas, en el pueblo de Pampan, en el estado Trujillo. Como es usual, primero deben robar un vehículo en otra localidad, y en Barquisimeto se hacen con una pickup. Llevan un buen arsenal: tres pistolas browning HP 9mm, una subametralladora uzi, otra metralleta Madsen, y un revolver tripa de pollo 38 spl.

A media mañana del día 20 caen sobre su presa: inmovilizan al gerente, empleados, guardias y clientes y se van con Bs. 280.000,oo. Pero apenas al salir se encuentran con una comisión de la policía de Trujillo. Los hampones hacen llover una lluvia de plomo sobre los policías hiriendo a un funcionario y logran escapar, pero los bandidos son reconocidos y se encienden todas las alarmas. Se desatará un infierno a lo largo de tres estados que durará dos días. Empieza la cacería. 

En la huída al pasar por el caserío San Rafael de Boconó una alcabala les cierra el paso y abren fuego hiriendo a tres policías y pueden seguir su huída. Más adelante, en Flor de Patria, abandonan la camioneta que ya está radiada a todos los cuerpos policiales y roban un Ford Fairmont, con el cual pueden llegar hasta Aguas Negras donde roban un carro más rápido, un Caprice, pero lo abandonan en El Batatal, conde roban una camioneta ranchera llevándose a su dueño como rehén. Al llegar a la encrucijada de Chabasquén, cerca de Biscocuy, el secuestrado, que sabe que más adelante hay una alcabala con funcionarios armados, lleno de nervios se lanza del vehículo para salvar su vida.

Cuando llegan a la alcabala los criminales lanzan dos granadas y pueden seguir de largo. Luego, ya en Portuguesa, casi llegando al Guárico, divisan otra alcabala. Alli baja el Kojak y muestra una credencial falsa de policía. De repente encañona a los cuatro policías, los desarman y se los llevan de rehenes en la patrulla Jeep. Obligan a un funcionario a manejar para simular que son petejotas, pero cuando encuentran la próxima alcabala Kojak trata de ametrallar a los funcionarios, pero un un gesto heóico, el policía conductor, Evaristo Avila, gira violentamente el volante y la ráfaga no hace blanco, por lo que Kojak lo asesina allí mismo. La patrulla choca, y Kojak ejecuta a otro de los rehenes. Los ladrones bajan y vacian sus ametralladoras y pistolas contra los funcionarios, matando a dos mas. Otros dos policías quedan heridos. Los otros funcionarios vacían sus revólveres y al quedar sin balas huyen del lugar.

Mas adelante roban otra pickup y se llevan al conductor como rehén obligándolo a conducir. Alertados todos los policías de Lara se instalaron alcabalas en distintos puntos de las carreteras. Ya era la tarde, cuando en la carretera hacia Quibor se hacía una cola por el retén de la policía, desde la camioneta lanzan ráfagas de ametralladora contra los funcionarios, quienes responden con sus armas de reglamento y matan al hampón Pedro Miguel Mora (a) Caraquita. 

Otro delincuente, Elvis José Resplandor cae herido de un balazo en la cabeza. El tiroteo se prolonga por media hora con Kojak y José Luis Noguera “El Cumanés” se atrincheran detrás de la camioneta, momento que el conductor secuestrado aprovecha para escapar. Llega una patrulla de refuerzo y más plomo. Kojak recibe varios balazos en el pecho, pero el chaleco antibalas que llevaba lo salva. Por fin un certero balazo en la cabeza lo pone fuera de combate herido. El ultimo maleante, un tal José Luis herido de dos tiros rasantes en la cabeza, despoja de su moto a un parroquiano y huye del lugar.

Los heridos, tanto hampones como funcionarios son llevados al hospital José María Pineda de Barquisimeto, que está tomado por PTJ, Disip, policía estadal y toda la prensa. De una ambulancia bajan a Kojak, que está totalmente consciente y conversa brevemente con un periodista antes de entrar en quirófano. No parece mal herido en el video transmitido por la televisión. Al día siguiente se informa que el peligroso hampón murió “mientras era intervenido”. Mucha gente respiró tranquila con esa noticia. Dos días había durado la escalada violenta. 

Siete muertos, cuatro policías y tres ladrones. Cinco vehículos robados, centenares de tiros y varias granadas detonadas en uno de los más cruentos eventos criminales registrados.
El único de los atracadores que sobrevivió fue condenado a treinta años de presidio, pero no los cumplió completos porque fue asesinado en el penal de Sabaneta.

Por: Luis Heraclio Medina C.
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VÍA NT
FUENTE Luis Heraclio Medina C.