Sucesos
Crónica criminal del pasado: 1913 El descarrilamiento del ferrocarril
"La ruta tenía algo más de cincuenta kilómetros, siendo el tramo más complicado la bajada de Trincheras a Puerto Cabello"
24 de febrero de 2024
Sucesos.- En 1888 fue inaugurado el ferrocarril Puerto Cabello-Valencia, contratado por el gobierno de Guzmán Blanco con una empresa británica. La ruta tenía algo más de cincuenta kilómetros, siendo el tramo más complicado la bajada de Trincheras a Puerto Cabello, donde se había instalado un sistema especial, con un tercer riel en el medio dotado de dientes o cremallera para darle más fuerza en la subida y asegurar mejor el tren en la bajada.

Pero poco antes de la inauguración, precisamente en ese tramo, mientras hacía un viaje de prueba el tren había descarrilado matando a seis de sus pasajeros y tripulantes al caer por el precipicio. Feo Caballero en sus “Crónicas” recuerda los nombres de las víctimas: el maquinista inglés Lock, el fogonero Antonio Esteves, el vigilante Luis Mc Carty, la señora Ana Teresa de Flores y los esposos Adams. Otras diez personas resultaron heridas.

En las “Memorias del Ministerio de Obras Públicas” encontramos otro accidente. Las lluvias del invierno de veinticinco años más tarde, en 1913 eran muy fuertes. El tren de pasajeros, con puntualidad inglesa, salió de Puerto Cabello rumbo a Valencia a las ocho de la mañana el día 10 de julio de ese año. Había transcurrido casi una hora del trayecto cuando de repente se atravesó una vaca, con la que chocó la locomotora, descarrilando el tren. Afortunadamente el tren no volcó y no hubo heridos. Se envió otro tren desde Valencia a recoger a los pasajeros que no sufrieron daño alguno, sólo hubo que lamentar el retraso ocasionado por el accidente.

Ese mismo día, a las dos de la tarde, salió desde Trincheras hacia Puerto Cabello el tren de carga, con su locomotora y cuatro vagones completamente cargados. No había parado de llover. En la bajada, el tren desarrolla una excesiva velocidad y cuando llegan a la curva del kilómetro 24 el tren descarrila violentamente y cae por el precipicio. Al caer locomotora y vagones quedan completamente destrozados. Cesáreo Crizón, el maquinista y el fogonero Bernabé Sánchez quedan muertos en el acto. Milagrosamente el frenero Ramón Pereira, que se lanzó o fue lanzado en el momento de la caída se salva sólo con aporreos.

Tan pronto las autoridades llegaron al lugar trasladaron a Pereira a Valencia para la atención médica correspondiente y los cuerpos destrozados de maquinista y fogonero fueron llevados al Cambur para darles cristiana sepultura.

El administrador del ferrocarril Mr. Littell, el ingeniero del mismo y el inspector nacional del ferrocarril se trasladaron al lugar del siniestro y dejaron constancia del estado de la vía que era el normal. Las autoridades de la empresa atribuyeron el accidente a “un descuido del maquinista que perdió el dominio de la locomotora y que cuando quiso detenerla ya era tarde”, según señaló la empresa en su informe al gobierno.

Las pérdidas materiales (totales) fueron una locomotora, una plataforma, dos vagones de la compañía inglesa y un vagón del tren alemán.

Pero el día 15, reclama a la empresa del ferrocarril, que el despacho tiene informes de que el accidente se ha debido a que el sistema de frenos de los vagones no era el adecuado, ya que todos debían tener “freno automático” y de este tipo sólo tenía “frenos de cordón” que no podían detener la máquina a una velocidad mayor a la ordinaria.

Por su parte, el inspector nacional de vías, dictaminó que el accidente se debió a la falta ya cometida con anterioridad por el conductor en el sentido de no conectar los frenos de los vagones y a dar una excesiva velocidad a la locomotora.

Este descarrilamiento del ferrocarril Puerto Cabello- Valencia no fue el último, hemos visto otro en los años cuarenta, pero en los más recientes parece que no hubo pérdidas humanas que lamentar.

Luis Heraclio Medina Canelón.


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VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde