Al recordar cómo fue el acercamiento del pastor y compararlo con la manera en la que abordó a las otras víctimas, se dio cuenta de que se trata de un patrón de abuso. «Él se beneficia de las mujeres que están vulnerables», detalló.
El hombre quien estuvo a cargo de la iglesia durante 20 años, citó a la víctima a su oficina, preocupado, supuestamente, por su estado de ánimo. Ella asistió al encuentro y se desahogó con él, le contó sus preocupaciones, estalló en llanto y de forma inesperada el pastor dio un giro a la conversación, le preguntó cómo era la relación íntima con su esposo.
«A mí me sorprendió la pregunta, pero como era mi pastor, era un hombre intachable, lo que dijera, amén, le respondí», recordó. Seguidamente, Monasterios le dijo que él presentaba problemas íntimos con su esposa y acaba de tener una «revelación del Señor»: la mujer que tenía al frente era la indicada para sostener relaciones sexuales, le insistió en que oraría para que ese pensamiento se hiciera realidad.
Ese mismo día, pero en otra área del lugar, el señalado la acorraló, le tocó sus partes íntimas y la forzó a tener sexo con él, pero ella se zafó y no regresó a la iglesia.
La víctima le contó el episodio a una líder de la misma iglesia, pero esta no tomó ningún tipo de medida ante la directiva del templo. Es por ello que la mujer y su esposo, quien estaba al tanto de lo sucedido, decidieron asistir a otro templo e intentar dejar atrás el episodio de abuso.
Cuatro años después, la misma líder que no accionó al conocer el abuso sexual, se acercó a ella nuevamente para pedirle perdón por no haber hecho nada.
«Me entero de que hace dos meses, cuando comenzaron las denuncias, ella fue quien contó lo que yo le confesé, o sea, cuatro años después», dijo.
En medio de los sucesos, Abel Ocasio, familiar de otra víctima de abuso sexual, inició un movimiento para que todas denunciaran, pero fue señalado por los líderes de la iglesia de haber perdido la cordura.
El 10 de abril, el joven Ocasio fue denunciado por representantes del templo en la Policía Nacional Bolivariana por acoso e instigación al odio y estuvo retenido retenido en un despacho de la PNB en Trapichito, Guarenas.
«Cuando me entero de que a Abel se lo llevan detenido, no lo iba a permitir, hablé con mi esposo y le dije que iba a denunciar, él me apoyó. Cuando yo entré a esa jefatura, el pastor se puso blanco como un papel y al contar mi historia, el funcionario quedó asombrado y me dijo que si no voy, el muchacho iba preso», detalló la víctima.
Al final de la entrevista aseguró que en los últimos días se ha sentido tensa por los sucesos. Profesionales que la atendieron en Fiscalía le aseguraron que se trata del efecto que produce revivir un trauma.
«Trato de justificar sus actos al pensar que está enfermo, que no sabe lo que hace, he orado para que reconozca su error, pero, hasta el sol de hoy, lo sigue negando todo«, puntualizó.
La iglesia hizo varios pronunciamientos a través de su cuenta en Instagram, @iccasarapa, en el que sus líderes aseguran que investigaron las denuncias y que el pastor se separó voluntariamente de su cargo, pero le dejaron las puertas abiertas para que pueda asistir.